OPINIÓN: La verdad no se abre camino por sí sola, es indispensable saberla decir bellamente

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OPINIÓN: La verdad no se abre camino por sí sola, es indispensable saberla decir bellamente
Fecha de publicación: 
25 Mayo 2025
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Desde la cubierta del barco, el pie en el estribo del corcel de la guerra justa organizada por él, José Martí recuerda y escribe a su fiel Carmen Miyares, con ternura y cuidado porque la situación convierte en amenaza cualquier línea que pierda los límites de la discreción, aquella tal vez impulsada por la ansiedad, el apasionamiento. Lo sabe: (...) un diario suele ser un espía... Hay carta también para hermanos de la misma pelea; los orienta para que la publicación sea arma efectiva: gane, una, levante, convenza, movilice... Son frases vigentes para futuras luchas de su pueblo, incluso en siglo XXI: De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento.

Ahonda y define con palabras a continuación de las citadas: las hacen más plenas y poderosas. He aquí los conceptos merecedores de igual trato y no del olvido. Poco o nada realiza lo primero sin el resto conclusivo pues será pistola sin balas o disparada con puntería pésima. Por eso, Gonzalo y Benjamín, Patria ha de ser un periódico especialmente alto y hermoso.

Para hacer la guerra a pensamiento hay que usar armas potentes, bien limpias y engrasadas, y no puede ignorarse su funcionamiento.      
      
Imprescindible, junto al conocimiento político, ideológico, histórico y la vocación patriótica, utilizar el idioma con soltura y belleza: lo que envuelve el pensamiento no es esclavo de este o la idea se pierde, aquel influye y aun determina. La verdad no se abre camino por sí sola: es indispensable saberla decir para defenderla y convencer. Como el propio Maestro expresó en el primer número de Patria: La verdad llega más pronto a donde va cuando se la dice bellamente, y no se ha de encoger ni de reservar la verdad útil. En otra ocasión expuso: Pues, ¿quién no sabe que la lengua es jinete del pensamiento y no su caballo?

VIGENCIA TOTAL

En la actualidad, no es solo vigente la opinión más famosa de las dos mencionadas: la complementaria es esencial, sobre todo en la práctica. Ambas se extienden a la prensa radial, de la televisión, del cine, a las redes sociales y la gran revolución de internet, al uso mayor de la imagen, de los audiovisuales.
 
No basta el dominio del idioma y de las técnicas periodísticas, incrementadas en cantidad y en lo cualitativo: están las leyes de la comunicación, la filosofía, la psicología, la sociología, la gráfica, la computación, la influencia mutua entre los medios y las artes, más allá de la literatura, sin desconocerla.

Nuestro Héroe Nacional complementa el asunto, en lo teórico y lo práctico, sobre todo desde un texto distinto a los comunes sobre la capital de Francia, publicado en la Revista Universal de México el 9 de marzo de 1875, cuando no se deja atrapar por las demasiadas luces y muestra las oscuridades. Duda al principio entre "hacer una crónica fácil y ligera o darme a pensar en esas agonías en que París se desenvuelve dentro de sus fecundísimas entrañas". Prefiere penetrarlas. Ya nos dice: Yo no amo a París.  
   
Agrega de inmediato: "Ha creado tantos edificios, ha acumulado tanta piedra, ha dorado todo esto con prisa tal de profusión que a la par que las calles se realzan, los corazones se petrifican y se doran. Yo no sé por qué fuerza de mi espíritu me alejo con una invencible repugnancia de las cosas doradas; viene siempre con ellas a mi memoria la idea de falsedad y de miseria ajenas. Y estos pensamientos me lastiman porque yo creo absolutamente en la bondad de los hombres. Todavía creo yo en ella a pesar del doloroso contacto de París, a pesar de su indiferencia ante sus vicios, a pesar de su placer en ellos, a pesar de ese Prometeo inmenso que acaricia y adora a su buitre".

En medio de la ofensiva de su alma contra la maldad expresa: Yo comprendo que esta es una crónica rara, pero yo no puedo excusarme de amar más una reflexión que una noticia.
 
Pienso entonces en tantos periodistas maravillando en sus textos relacionados con los Juegos Olímpicos de París 2024, a soslayo el exceso de lujo desde la apertura y su arte no arte, los conceptos de Pierre de Coubertin, el rescatador del certamen, tirados al olvido y la neutralidad antihumana en acción y el medallero lo principal. En honor a la verdad, con los diversos certámenes ha pasado lo mismo. ¿Cómo será en Los Ángeles 2028? Bastante dañaron la justa efectuada allí y sus cantores en 1984. Recuerdo también aquella guardia de las milicias junto a Francisco López Sacha hace más de 25 años, quien me señaló entonces: “No se trata solo de reflejar; es indispensable interpretar”.

Hoy día es obligatorio como nunca ser agradable y, sin halar por los pelos a la dama imaginación ni caer en extravagancia, bien vale sublimar, dar un toque mágico, creativo, estético, imaginativo, a lo cotidiano. Un periodista debe ser un escritor de lo diario, de la cotidianidad. Ser ameno y profundo, agradable y artístico con sus trabajos, le permitirán atraer, aclarar, llegar y forjar mejor las almas. Su papel cardinal, la de formador, no significa negación a su labor informativa. Mas la reflexión, los trabajos llamados de pensamiento, sean crónicas, comentarios, artículos, son fundamentales.
     
No hace falta mucha sabiduría para darse cuenta: el teque, la descarga, los moralejazos, la reiteración abusiva, la monotonía, lo gris, el triunfalismo, son males tan nefastos como el hipercritricismo: alejan, obstaculizan, no persuaden ni educan, no conducen hacia la reflexión. Y lo válido en este sentido para el periodismo se prolonga hasta el trabajo ideológico, las reuniones, congresos, audiencias en el barrio, clases, discusiones políticas, la simple y trascendental conversación entre un padre y un hijo.  

 

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