Lobby genocida: Sionistas en disputa

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Lobby genocida: Sionistas en disputa
Fecha de publicación: 
15 Abril 2024
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El ataque iraní a Israel para vengar la destrucción por Tel Aviv de su Consulado en Damasco ha reavivado las disputas entre el mandatario norteamericano, Joe Biden, y el principal candidato opositor a la Presidencia, Donald Trump, después que el colorado personaje calificara de extremadamente débil la política oficial de protección al genocida gobierno de Benjamin Netanyahu.

Ambos, sionistas, uno abiertamente confeso, Biden, se disputan el deshonor de ser los más serviles seguidores y colaboradores de los diferentes entes judíos que dominan la mayor parte de todo lo que se puede mover en Estados Unidos.

Allí se encuentran 117 entidades judías dueñas y señoras del American Way of Life, encabezadas por la organización más poderosa del lobísmo en el Congreso: American Israel Publics Affaires Comité (AIPAC).

Otras organizaciones, no tan poderosa como AIPAC, se hacen sentir en el quehacer diario de los norteamericanos, todos importantes grupos de presión en la falsamente denominada democracia norteamericana, por ejemplo:

Alpha Épsilon Pi, Amigos de las Fuerzas de Defensa de Israel, Centro de Defensa de la Unión Ortodoxa, Coalición Nacional de Apoyo a los Judíos de Eurasia, Coalición Republicana Judía, Comité Judío Estadounidense, Comité foro Acorace in Mide East Reportan in América, Conferencie o Presidente o Mejor American Lewis Organizaciones, Congreso Judío Estadounidense, Consejo Americano Israelí, Consejo Judío para los Asuntos Públicos, Consejo Nacional de Mujeres Judías, Consejo Rabínico de América y Cristianos Unidos por Israel, solo contando hasta la letra C de una extensa denominación, acota Wikipedia.

Ello agrupa a más de tres millones de judíos norteamericanos, la inmensa mayoría millonarios y multimillonarios, lo cual asegura un gran control en ese tipo de sociedad.

HACER Y DESHACER

AIPAC tiene en su centro el principal lobby judío de presión, con la facultad de hacer y deshacer a su antojo, de ahí que los ´principales factores oficiales estén bajo su dominio.

Tanto en el Congreso como en la Casa Blanca hace que se mantenga una estrecha relación entre Israel y Estados Unidos, admitiendo que es un “lobby proisraelí”, sin ánimo de lucro, cuestión muy enrevesada, porque mantiene 17 oficinas regionales y "una vasta reserva de donantes", o sea es sinónimo de lucro y la alianza más importante entre el Imperio y el Sionismo.

Oficialmente, hasta el 2021, no recaudaba fondos para candidatos políticos, sino que sus miembros lo hacían a través de comités de acción política no afiliados al AIPAC y por otros medios. Pero ya a finales de ese año creó su propio comité de acción política.

The Washington Post describió las diferencias percibidas entre el AIPAC y otra entidad judía, J-Street: "Aunque ambos grupos se autodenominan bipartidistas, el AIPAC se ha ganado el apoyo de una abrumadora mayoría de judíos republicanos, mientras que J-Street se presenta como una alternativa para los demócratas que se han sentido incómodos tanto con las políticas de Netanyahu como con la afluencia de conservadores al AIPAC".

Pero el AIPAC se describe a sí mismo como una organización bipartidista, siendo los proyectos de ley para los que ejerce presión en el Congreso patrocinados conjuntamente por un demócrata y un republicano.​

Sus partidarios afirman que su naturaleza bipartidista puede verse en su conferencia política anual, que, como en el 2016, incluyó a los candidatos de ambos partidos principales: la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump. Demócratas de alto rango, como el vicepresidente (luego presidente) Joe Biden y la senadora (luego vicepresidenta) Kamala Harris han tenido su apoyo ( o “bendición”), así como republicanos de alto rango, como Paul Ryan, entonces presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

CONCLUSIÓN

AIPAC se formó durante la administración de Dwight D. Eisenhower y desde entonces ha ayudado a asegurar la ayuda y el apoyo de EE. UU. a Israel. 

En 1997, la revista Fortune pidió a los congresistas que eligieran a las 25 más poderosas organizaciones de lobby, y en ese entonces quedó en segundo lugar, que pasó luego, y hasta ahora, a lo más cimero.

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