Las estadísticas no engañan: Estados Unidos y su problema con las armas

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Las estadísticas no engañan: Estados Unidos y su problema con las armas
Fecha de publicación: 
10 Enero 2023
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Fotografía tomada de https://www.elfinanciero.com.mx

Recuerdo un corto animado muy interesante del cineasta y escritor estadounidense, Michael Moore, sobre las armas de fuego en nuestra nación vecina del norte, con una estética y ritmos entretenidos, exagerado y casi risible por su tono sarcástico al tocar temas muy serios. Trata la teoría del miedo, vinculada al racismo, la inseguridad y la dominación.

Se llama “Una historia breve de Estados Unidos de América”. Está insertado en el documental “Bowling for Columbine”, galardonado desde que se estrenó hace 21 años, y muy criticado también. En tres minutos nos cuenta cómo ese es un país de migrantes desde su conformación, y que quienes llegaron prácticamente acabaron con los nativos americanos, los renegaron, exterminaron, y recluyeron.

Al mismo tiempo explica que las armas de fuego es un mal difícil de erradicar, arraigado con mucha fuerza en la sociedad estadounidense. Consiste en un negocio a nivel de estado que surgió, paradójicamente, por la necesidad de protección, sin embargo, solo trae terror, caos y muerte. Se quejan, reclaman y denuncian, pero no sucede nada definitivo que proteja a la primera potencia mundial de los frecuentes ataques con armas de fuego.

Cada año Estados Unidos reporta cifras alarmantes de muertes por heridas de bala. Recordemos masacres ocurridas en todo tipo de lugares, plazas, tiendas, calles, iglesias, restaurantes y, las que más me impactan, en escuelas. No son hechos aislados, sucede muchísimo en todo el mundo, pero en esta oportunidad tratamos el caso de ese país tan cercano al nuestro.

Recientemente la prensa publicó que, por disparos, de manera accidental o intencionada, y en tan solo los primeros tres días de este 2023, en Estados Unidos resultaron fallecidas más de 150 personas, y al menos 340 fueron lesionados. Es una estadística impresionante de la organización no gubernamental Gun Violence Archive tratándose de un territorio de paz con alto nivel de desarrollo. Y esta cifra no incluye a los casi 200 suicidados, o sea, que con este tipo de armas los muertos en apenas 72 horas superaron las tres centenas.

Hasta aquí los números. A juzgar por lo que leo, tener armamento no es tan complejo y hay para muchos en ese país. Supongo que exista un protocolo para su adquisición, también derechos y deberes como reportar su tenencia, guardarla de una manera segura, prometer buen uso. No sé. Pero también me parece que es insuficiente y están al alcance de la mano de cualquiera, lo mismo de alguien con dudosa salud mental, o un adolescente impulsivo cuyos padres son distraídos con su custodia. Ya es otra cuestión impredecible que un individuo cuerdo tenga un momento de arrebato y actúe sin pensar con lo primero que se encuentre. Sin embargo, si no tuviera arma, otro gallo cantaría.

Muchas son las causas: robo con violencia, parejas despechadas, personas enfermas que decidieron acabar su sufrimiento de un tiro, algunos que manipularon mal su aparato, otros por diversión, también racismo, xenofobia, o bajo los efectos de las drogas, ¡tantas! Lo que más me alarma son los tiroteos masivos, por el motivo que sea. De acuerdo con Gun Violence Archive, en Estados Unidos se registra al menos un episodio de esos al día.

Recuerdo muchos en centros educacionales con lamentable saldo. Parece una epidemia que se salió de control, y no encuentran el modo de solucionarlo. De hecho, la misma organización asegura que 2022 fue el año en que murieron más niños y adolescentes en masacres de ese tipo.

En una sociedad tan estresada, la necesidad de protegerse es el primer elemento que destacan como motivo para estar armados. Y vuelve a mi mente el animado de Moore cuando el hombre blanco actuaba solo por miedo, y por miedo se defendía aún sin motivos, buscando tranquilidad. La verdad es que no es culpa de las condiciones sociales, ni de los asuntos personales que impulsan a los individuos a cometer locuras. La real dificultad radica en que no existen políticas rígidas y se les fue de la mano el tema de la posesión de armas.

Para Estados Unidos es una actividad muy lucrativa. El número de civiles propietarios de algún tipo de armamento es escandalosamente elevado, y quizás varios cientos de millones de ejemplares circulan hoy en ese país, sin contar a los agentes del orden u otros que por sus oficios lo requieren. Esto ubica a la nación norteamericana en el lugar número uno como la población más armada del mundo.

Lógicamente, es enorme el impacto de la cultura armamentística que allí impera sin restricciones estrictas, sin apoyo gubernamental ni de las grandes corporaciones. La gravedad del asunto es que amenaza el derecho humano más importante: la vida.

Mucha es la indignación pública, y los reclamos ante la falta de exigencia. Las demandas están encaminadas a que el Congreso de Estados Unidos se manifieste a favor de una política que favorezca al ser humano y que pondere, sobre todo, la vida pacífica con reformas legislativas sensatas. En este caso eso solo se lograría si el gobierno se compromete a extremar las medidas y crear un entorno seguro, sin embargo, cada año en el mundo se fabrican millones de armas, y la mayoría proviene de territorio norteamericano.

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