11 de julio, la fundación en Cuba del poblado de Manzanillo

Fue el 11 de julio de 1792 cuando desde España se decidió la creación de lo que hoy conocemos como Manzanillo, en la oriental provincia de Granma. Ese día la monarquía hispana firmó una real orden, según la cual se orientaba la organización de un poblado en esa zona del sur de la Mayor de las Antillas. 

Para indagar sobre las razones de su fundación y acerca de la historia de esa comarca, Cuba Sí contactó con el investigador Delio Orozco González, especialista del Archivo Histórico de Manzanillo, miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Sociedad Cultural José Martí. 

¿Qué motivó la fundación del poblado de Manzanillo?

Hay que tener en cuenta que su ubicación fue en un espacio ignoto. Al sur, hasta Trinidad, excepto Santiago de Cuba y Santa Cruz, no había poblaciones importantes a la orilla del mar a finales del siglo XVIII. La cercanía de Jamaica hacía factible el comercio de contrabando en toda esa oquedad del golfo de Guacanayabo. 
  
Orozco González es una activista de la divulgación histórica.  

Fue en el puerto de Manzanillo donde en 1604 se produjeron los acontecimientos que dieron lugar a la primera obra conocida de la literatura cubana: Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa. El pirata Gilberto Girón fondeó en esas playas su barco, fue hasta el hato de Yara, distante unas 12 leguas, y capturó al obispo Juan de las Cabezas Altamirano. 

La fundación estuvo relacionada con un informe recibido desde Cuba sobre la constante venida de ingleses a esa zona. Estos se llevaban mieles, cueros, maderas y ceras; y traían esclavos, ropas y otros elementos que España era incapaz de surtir. A partir de la captura de una goleta en Vicana, le explicaron al rey, quien vio el peligro. 

España, interesada en proteger los recursos materiales ─la madera, sobre todo, para sus astilleros y barcos─, trató de coartar ese contrabando. El rey ordenó el 11 de julio de 1792, casi textual, que se facilitara la cantidad necesaria invertir en la erección de una pequeña población en el paraje El Manzanillo, jurisdicción de Bayamo. Así arrancó el proceso fundacional. 

Existen diversas hipótesis sobre el origen del nombre. ¿Por cuál se inclina?

El nombre tiene su origen en los momentos de la conquista. Para 1524, Diego Velázquez dice en su testamento que había servido de fiador a una hacienda llamada Manzanilla. El nombre no parece ser heredado de la lengua aruaca. Solo se ha encontrado un “manzanillo” de origen no europeo, en lengua náhuatl, la de los aztecas. Significa “lugar donde se hacen collares o se insertan cuentas”. 

Todos los demás parecen provenientes del recurso literario del símil. Cuando los españoles llegaron encontraron una geografía y una botánica exuberantes y recurrieron a él para nombrar e identificar. Si uno ha visto el olivo producido por la aceituna manzanilla, podrá comprender su parecido con el Hippomane mancinella, conocida en toda América continental ─entre otros apelativos comunes─ como manzanillo de playa, por su cercanía a zonas costeras. En 1604, Pedro Valdés, gobernador de Cuba, refirió “el monte de manzanillo”, una alegoría a la abundante presencia de árboles de manzanillo en esa zona. 

¿De dónde provinieron los primeros pobladores?

En 1792, tras la real orden, Francisco Sánchez-Griñan, enviado por las autoridades para hacer el recorrido y escoger el lugar, encontró solamente tres vecinos. Se dedicaban básicamente al comercio, la plantación de tabaco, frutos y a la montería, es decir, la cría de ganado cimarrón. Para la organización del nuevo poblado vinieron personas fundamentalmente de Bayamo, pero también había naturales de España, sobre todo, catalanes. El surgimiento del pueblo fue un proceso lento. Por ser zona desprotegida y abocada al mar, obligaba a colocar fortificaciones. En 1798 cuando con una batería rudimentaria se rechazó una goleta inglesa. 

Después del fomento, pegado al litoral, vivió, creció y respiró por el mar. Se dedicó al comercio. Su puerto es la entrada a todos los territorios que hoy conforman la provincia Granma. Hasta 1976 era la ciudad más próspera de esa región. 
Allí se dio, en mi opinión, el suceso más sublime de la Historia de Cuba. Los cubanos empezamos a ser hombres porque decidimos ser libres. Carlos Manuel de Céspedes proclamó en su ingenio la independencia, liberó al esclavo y reconoció el papel del negro en la forja de la identidad y la nación cubana.