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Existe diversidad de gustos como de caracteres y personas en el planeta. Algunos rayan en lo refinado y otros pasan la línea de la vulgaridad y el subdesarrollo intelectual. A quienes disfrutan del reguetón, será imposible convencerles de lo denigrante de un género que ha evolucionado a base de letras muy pobres y mujeres semidesnudas, pues en muchos casos ven en esas letras su realización y sus máximas aspiraciones, que no son más que manejar un carro último modelo, aclamado por un montón de chicas que esperan para gastar todo el dinero del centro del universo, o sea, el cantante de reguetón. Estoy en contra de este género, pero no cuestiono a quienes lo prefieran, solo respeto a los amantes de este género, no contaminar con esta música en ambientes donde se reúnen multitudes, como medios de transporte, centros de trabajo y demás, pues no todos tenemos por qué consumir esta música.