William Rosquet: otra victoria de la salud cubana contra la COVID
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Como en una competencia más, ahora por su vida, el árbitro de judo William Rosquet Rivero ha estado entre dos contrincantes de fuerza: por un lado la terrible enfermedad COVID-19 y por otro el excelente sistema de salud cubano.
A pocas horas de su inminente alta médica, en diálogo con JIT, el artemiseño agradeció la atención recibida en el Hospital Doctor Luis Díaz Soto, conocido como Naval, en el municipio Habana del Este, a donde llegó el pasado 28 de marzo.
«En estos días hemos recibido un cuidado de excelencia, lo mismo por parte de los doctores que por el personal de enfermería y demás trabajadores», declaró el también jefe de reglas y arbitraje de la Federación Cubana de Judo.
Rosquet ponderó las bondades de los tratamientos, las condiciones de alimentación y de la sala en que ha hecho su estadía tras dar positivo al nuevo coronavirus SARS-Cov-2.
«El agradecimiento es general, sin nombres, porque debido a la protección para evitar contagios todo el personal del hospital tiene sus rostros tapados y no es fácil tener contactos más directos con ellos. De todas formas, el reconocimiento a estos rostros anónimos de la salud cubana que tanto aquí, como fuera de Cuba, han dado un paso adelante para salvar vidas», expresó.
También extendió su gratitud a la presidencia y otras autoridades del Inder, así como al Gobierno en su natal Artemisa, por la constante preocupación respecto a su estado de salud.
El juez, participante en juegos olímpicos, campeonatos mundiales y muchos otros eventos de primer nivel regresó a Cuba desde República Dominicana el 25 de marzo, tras impartir justicia en los juegos militares de ese país.
«Comencé con síntomas y me hicieron la prueba el día 28. Dio positiva. Ya este viernes o el sábado deben hacerme otra y si da negativa me iré a casa con un plan y aislamiento por otros 14 días, para descartar la enfermedad», detalló en el intercambio telefónico.
Sobre el aislamiento, en lo cual Cuba toma cada vez medidas más estrictas, William coincidió en su importancia para detener esta pandemia con grandes riesgos en las aglomeraciones de personas.
«En mi caso es muy posible que haya sido infectado en alguno de los aeropuertos, bastante llenos el día del regreso. En China y el resto del mundo se ha demostrado que el distanciamiento social es la mejor prevención», puntualizó.
«Por eso también envío un mensaje a todo el pueblo cubano: cumplamos las medidas tomadas para evitar la propagación y detener así la cadena de este mal que ha arrebatado muchas vidas», dijo en la despedida.
Y aunque no pudo verse, seguro levantó su mano en declaración de otra victoria de la salud cubana.
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