Viengsay Valdés, una noche mágica en Camagüey

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Viengsay Valdés, una noche mágica en Camagüey
Fecha de publicación: 
23 Marzo 2025
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Al subir el telón en la noche de este sábado en el Teatro Principal, de Camagüey, Viengsay Valdés demostró ser una bailarina segura, que en solo instantes conectó con un público ávido, deseoso y exigente.

De repente, como un huracán, hizo florecer las más bellas emociones, al caer de lo alto cada traje que enmarca el personaje de una etapa gloriosa de su carrera artística y ella los observaba, los disfrutaba, los sentía.

"Mi vida... el Ballet" fue un momento cumbre dentro del gran espectáculo, acompañado de las magistrales interpretaciones de la pianista Idalgel Marquetti y la violinista Alianne Ramos, quienes erizaron cada piel y emocionaron el alma.

Son tres décadas de sacrificio y superación profesional, abriendo las puertas a la modernidad, con una proyección escénica de lujo y una sonrisa inolvidable.

Todos sus giros y las múltiples veces que hizo un "revelé" demostraron de qué está hecha, porque cuando se levanta parece tocar el cielo y confirma que las huellas de la maternidad en su cuerpo significan un acto de amor genuino y el salto para catapultarla a la inmensidad y demostrar que es y será una de las más grandes del ballet cubano.

Con sus estilos diversos fue Édith Piaf en "Non, je ne regrette rien", el "Adagio de la rosa", la princesa Aurora en "La bella durmiente del bosque", Piaf en “Loss” y Kitri en "Don Quijote", siempre con la técnica, precisión y emoción que tiene cuando se desdobla e interpreta.

Memorable noche tuvieron los camagüeyanos que asistieron, porque el Teatro Principal no alcanzó para el deseo de tantos.

Sencillez absoluta resultó la decisión de la Valdés de dedicar su espectáculo al aniversario 175 de la creación de este coloso del arte camagüeyano.

Todos quisieron agasajar a la primera bailarina, de esta urbe se lleva la condecoración de Huésped de Honor, la Llave de la Ciudad, la réplica del Teatro Principal, figuras de artistas y el retrato de Iliana Sánchez, quien la pintó con el desafío de plasmar todas sus virtudes en un solo lienzo.

Jamás olvidaremos el rostro de sorpresa, el abrazo de agradecimiento, la felicidad de retribuir con arte a una bailarina llena de singularidad y luz.

La reverencia ante el público selló la noche, en las próximas horas el Ballet Nacional de Cuba se alejará de estas tierras, pero Viengsay seguirá en Camagüey, los aplausos y ovaciones lo confirman, el brillo en las miradas y el deseo de más.

Viengsay Valdés es más que el sueño de una niña, es más que la aspiración de una joven, es más que la meta de una bailarina, Viengsay Valdés es leyenda viva.

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