Vicente Vérez Bencomo: la obsesión de hacer vacunas y salvar vidas
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Así lo confesó, en entrevista exclusiva con CubaSí, el Director General del Instituto Finlay de Vacunas poco después de recibir el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Químicas por la Universidad de La Habana.
El Doctor Vérez Bencomo es uno de esos científicos a los que cada cubano quisiera abrazar y agradecer, especialmente por estos días en que Soberana 02 y Soberana Plus, inmunógenos creados por el equipo que él dirige, protegen ya a la mayoría de nuestros niños y niñas.
Así, desde la admiración infinita, le preguntamos lo que significa para él este título y él respondió desde la humildad y el más entrañable sentido de pertenencia:
"Este reconocimiento es muy significativo porque viene de la Universidad de La Habana, donde transcurrieron treinta años de mi vida, donde creamos la primera vacuna importante contra el Hemófio Influenza tipo B, un antígeno sintético, y realmente yo lo asumo como un reconocimiento al esfuerzo colectivo, al esfuerzo que hemos hecho durante tantos años tratando de crear vacunas, tratando de hacer ciencia para crear vacunas que salvan vidas. En definitiva es lo que resume lo que hemos tratado de hacer desde hace años, aplicando diferentes ciencias, desde la Química, pasando por las ciencias más básicas, hasta las ciencias aplicadas y, realmente, es un momento emocionante, un momento que me hizo repasar un poco la carrera, la vida y sobre todo agradecer a todos aquellos que han contribuido durante estos casi cuarenta años de vida profesional".
¿Su formación básica es en química?
"Soy ingeniero químico, estudié en la Unión Soviética, me incorporé a la Universidad de La Habana en el año 77 y ahí estuve treinta años. Ahí, justamente, tratamos de desarrollar la química sintética como un elemento para producir vacunas y bueno, tuvimos éxito con el Hemófio Influenza tipo B. A partir de entonces, eso prácticamente se convirtió en la obsesión de nuestras vidas, tratar de, con los medios químicos, desarrollar vacunas para prevenir enfermedades que, de otra manera pueden generar la muerte de niños fundamentalmente. Vacunas además que en muchos casos ya existen, pero estas que existen son realmente vacunas muy caras, inaccesibles a los países pobres, por ejemplo, la vacuna del neumococo empezó con 100 dólares la dosis, cuatro dosis... imposible pensar en un niño de un país pobre que pueda acceder a una vacuna que le va a costar el esquema completo 400 dólares. Por eso, desde aquel momento, viene la filosofía de que tenemos que hacer nuestras propias vacunas para poder ser soberanos".
"El Presidente nos llamó ahora, sí, pero eso no es algo nuevo, es algo que siempre hemos aplicado, desde el principio, porque sobre todo estas vacunas que tienen un impacto en la ciencia muy grande, son vacunas muy caras, económicamente inaccesibles al país y por tanto, la estrategia era hacer las nuestras".
Sin embargo, las circunstancias en que se enfrentaron al desafío de Soberana han sido muy particulares...
"No solo las circunstancias, la historia de Soberana es una historia diferente, es una historia trepidante, donde realmente hubo que aprender y hacer a la décima parte del tiempo y, por lo tanto, eso realmente significó un nivel de tensión muchísimo más grande, para hacer apuestas que nos permitieran no equivocarnos, porque si nos equivocábamos nos retrasábamos y bueno, realmente ha sido una historia linda, que nos ha permitido disfrutar de los éxitos aunque sufrimos mucho con los fracasos durante el camino y ha sido un momento muy emocionante".
¿Podría decirse que el reto ha sido mayor?
Claro, nos enfrentamos a un virus que no conocíamos hace dos años, tuvimos que aprender de él a una velocidad muy rápida, pero logramos hacerlo y eso nos reconforta mucho en este momento.
Y hacer ciencia desde un país como Cuba ¿cuánto influye en la visión y la vocación de un científico?
"Si tú tienes en cuenta que una mutinacional como Pfizer desarrolla una tremenda vacuna, porque es una vacuna muy buena, pero que esa vacuna la organiza para ganar durante este año (2021), 81 mil millones de dólares, uno se da cuenta de que las cosas empiezan a invertirse en un momento determinado cuando las ganancias empiezan a conducir lo que se hace y, obviamente, una compañía que espera recibir esa cantidad de ingresos en 2021 y que tuvo la capacidad de invertir casi 10 mil millones de dólares, ese es un mundo diferente al que nosotros tenemos que enfrentarnos. Nosotros tenemos que tener la resiliencia suficiente para poder enfrentarnos con los recursos que tenemos, con las capacidades que tenemos, tener la capacidad de evaluar qué cosa es factible y qué no simplemente por recursos y a partir de ahí lograr avanzar...".
Yo afirmaría que todo eso también hace la hazaña más grande...
"Es una tremenda satisfacción que nosotros hayamos podido demostrar con evidencias que la la vacuna podía utilizarse en niños, antes que la vacuna de Pfizer con todo el respaldo que tiene esa empresa. Entonces ese es un poco el nivel de reto que tiene un científico de un país pobre, que aspira a ser tan competitivo, porque además, no es inferior a ningún grupo de científicos de otros lares y a partir de eso, indiscutiblemente uno cuando lo logra se siente muy, muy feliz".
¿Cuántos momentos de tensión vivieron en estos meses?
Ha habido muchos momentos de tensión, cuando uno hace una apuesta y no sale, uno tiene que tener la capacidad de darse cuenta y no complacientemente pensar que sí salió y, por lo tanto, uno tiene que tener la mente abierta y todo listo para identificar dónde hay un camino que no es el que conduce hasta el final y cambiarlo lo antes posible. Eso es parte del ejercicio que hemos tenido que hacer para poder llegar hasta el final".
¿Y cuáles han sido las mayores satisfacciones?
"Cuando los resultados salen, por ejemplo los resultados en niños son espectaculares, la seguridad en niños es muy alta, la respuesta inmune de los niños es muy alta, entonces ese ha sido un momento de gran satisfacción".
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faustino
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