Sobre Cuba y mucho más que su geografía. La obra del geólogo, espeleólogo y arqueólogo alquizareño, Antonio Núñez Jiménez, considerado el Cuarto Descubridor de esta Isla, contribuyó de manera extraordinaria en el desarrollo de la ciencia cubana y latinoamericana en esa rama. Hoy 20 de abril se cumple un aniversario más de su nacimiento. Su obra consta en numerosos descubrimientos y en una basta bibliografía, cimientos de estudios posteriores.

A Núñez Jiménez se le recuerda como uno de los más meticulosos exploradores cubanos. A partir de 1939 arrancó con una de sus tantas travesías por todo el territorio nacional. La Cueva de la Loma de Candela en 1940 fue la primera visita, y en 1940, con tan solo 17 años, fundó la Sociedad Espeleóloga de Cuba, a partir de lo cual, pudo ampliar sus exploraciones, refiere Ángel Graña González, en la revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba en el 2011.

Unos años más tarde, en 1945, llevó a cabo la expedición a la antigua provincia de Oriente. Fue en esa coyuntura, cuando escalaba por la zona montañosa del Pico Turquino, se ascendió por vez primera al Pico Suecia, así como también se exploró el río Toa, el más caudaloso de nuestra geografía. De ese viaje además trascendió el descubrimiento de los restos de la Cultura Seboruco, los cuales datan de más de seis mil años, en la cueva que lleva ese mismo nombre.

Otros de los hallazgos que se deben a este gran científico cubano a mediados de los años 50, es el de la Caverna de Santo Tomás, el sistema de cuevas más importante en el archipiélago, situado en la Sierra de los Órganos, próximo a Viñales, en la región occidental. En 1954 publicó el libro Geografía de Cuba, el cual fue ordenado a destruir por el entonces presidente Fulgencio Batista, debido a que ese texto era una objetiva denuncia de cómo se vivía en el país en ese tiempo.

Antonio Núñez Jiménez mereció una larga lista de títulos. En 1951, la de Doctor en Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana, con la cual, ejerció como profesor de Geografía, primero en el Instituto de El Vedado y, un poco después, en la Universidad Central de Las Villas. En 1981, obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Geográficas de la República de Cuba, y cuatro años más tarde le fue otorgada la condición de Doctor en Ciencias Geográficas de la República de Cuba.

En 1995 recibió la condición Cuarto Descubridor de Cuba, por la Sociedad Espeleológica de Cuba y la Sociedad Cubana de Geografía. Exploró más allá de esta tierra, fue el primer cubano en llegar al Polo Norte, a la Antártida, investigó las Islas Galápagos y la de Pascua. Su obra literaria contempla más de 190 textos y folletos, más de mil artículos periodísticos y 15 documentales, entre ellos el fenomenal, En Canoa del Amazonas al Caribe, en homenaje a los 500 años del descubrimiento de América.

Patricia Rodríguez Alomá, arquitecta y directora del Plan Maestro de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, comentó en el 2018, al develar la taja conmemorativa que perpetúa aquella hazaña en canoa, que “Núñez Jiménez fue un hacedor de sueños”. Resaltó que “su obra es de amistad, de unión, de fraternidad y, sobre todo, le permitió, teniendo todas las responsabilidades, ser un amante de la vida, ser un amante de la naturaleza y ser un científico. Él logró unir ciencia y naturaleza”.