Una ruta para Digdora Alonso en su ciudad natal
especiales
Su ciudad natal es también la mía ¿cuánto la habré andado en estos años en los que jamás me ha dejado ir del todo? ¿No sabré yo, que de niña lanzaba barquitos con versos al San Juan, que la nuestra es una ciudad poeta y que Digdora y ella se saben de memoria?
Sin embargo, este portal de la Calle del Medio me detuvo y me sacó hasta un poco de "cara de turista": allí estuvo el Ché, eso no lo sabía. Me cuentan que en la actual Oficina Territorial de Estadísticas estuvieron alguna vez oficinas del banco y eso motivó la visita del Guerrillero Heroico. Por eso también fue uno de los sitios escogidos por el destacado diseñador, artista de la plástica y escritor, Rolando Estévez Jordán, para estampar un doble homenaje: un bello poema de Digdora Alonso para el Ché, el cual cierra el libro "En las márgenes del Diario" de la autora matancera.
Resulta que cien años es mucha inspiración, así que la tarja que esta yumurina acababa de descubrir no era la única que la Atenas le regaló a Digdora. Muy cerca, en la Iglesia de la Catedral, me esperaba un tablero de madera con sus versos dedicados a Jesús y subiendo la fundacional Calle Milanés, como quien va para el Parque René Fraga, en la escuela primaria Manuel Ascunce Domenech quedó inscrito "Manuel sin espinas", dedicado al joven alfabetizador que fuera asesinado por bandas contrarevolucionarias.
Y volviendo sobre mis pasos atravieso el puente de Tirry para descubrir que, en su casa natal, ubicada en el barrio de Pueblo Nuevo, también había sido emplazado un recordatorio a la autora de Bajo el hongo y Pájaro y Luna. Recientemente fue identificado el lugar exacto donde comenzó su vida la poetisa, gracias a la investigación de Estévez, albacea literario de su obra.
“Resulta una poetisa distinta a casi todo lo demás", ha dicho Estévez en un coloquio sobre Digdora, "es plural, total. Una poetisa del futuro..." aquí aclara que la última frase es de Lincon Capote y que para él es también del presente y del pasado "porque su creación entronca con Dulce María Loynaz, con la lírica asiática, con la lírica árabe e incluso con lo que se escribe hoy mismo. La gente no la entiende aún.”
Por ahí andarán las razones que lo llevaron a tejernos una ruta poética donde encontrar a Digdora Alonso en la ciudad que la vio nacer.
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