Un superhéroe de Chernobyl a Venecia

Un superhéroe de Chernobyl a Venecia
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Fecha de publicación: 
8 Septiembre 2020
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Una pequeña gran película, llena de locura, llegó al concurso en el Lido con la firma de la realizadora polaca Malgorzata Szumowska y su pareja -artística y en la vida- Michael Englert: "Never Gonna Snow Again", protagonizado por Alec Utgoff en el papel de Zhenia, un masajista ucraniano que una característica particular.
   
Como los superhéroes, Zhenia obtuvo sus poderes después de un accidente: porque nació en Chernobyl, precisamente en el día del desastre nuclear. De rostro un poco andrógino, y físico atlético de bailarín, Zhenia es una suerte de duende que gusta a todos: hombres y mujeres. Es capaz de hacer renacer con sus masajes y le va bien también con la hipnosis, pero todos comprenden que podría hacer mucho más.
   
Su terreno de caza laboral es una comunidad de ricos que viven en un barrio de lujo superprotegido. Sus clientes parecen de plástico, hiperrealistas al igual que sus casas todas iguales: personas que viven de pulsiones reprimidas, sin desahogo.
   
Hay incluso quien hizo compost con el cadáver de su marido para fertilizar sus plantas, y quien en cambio tiene un culto por sus tres perros, auténticos dueños de su casa y de su vida.
   
En síntesis Zhenia, con su extraño acento ruso, el físico glabro y la sonrisa infantil, conquista a todos: también porque es un poco el color que les falta a sus casas.
   
Utgoff, el actor ucraniano naturalizado inglés que interpreta a este singular protagonista, que solo tiene recuerdos para su madre muerta probablemente por las radiaciones, es conocido en Hollywood por la serie televisiva "Stranger Things".
   
"Los protagonistas -explican los realizadores de "Never Gonna Snow Again", ya elegido para representar a Polonia en el Oscar 2021- están concentrados en su pequeño mundo tranquilizador, que dan por descontado. Pero detrás de las apariencias están todos buscando una dimensión más espiritual y de contacto, intimidad, sexo, comprensión y libertad".
   
"Son ricos, pero espiritualmente pobres. Proyectan así sus fantasías sobre un desconocido que, después de haber entrado en sus vidas, actúa como un espejo. Es difícil decir si lo que viven es real o una ilusión. Y no solamente: ¿existe realmente el desconocido al que se confían?", agregan los realizadores.
   
El film está envuelto en un aura de misterio. "Nos gustaba -concluyen Malgorzata Szumowska y Michael Englert - que el film tuviera un carácter soñador y que mantuviera tantas preguntas sin respuesta, como efectivamente ocurre con aquellas sobre el cambio climático y la pandemia".

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