Un «mago» de cumpleaños
especiales
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Eduardo Arrocha es un hombre muy modesto, poco dado a hablar de sí mismo; pero si no lo dice él tenemos que decirlo los demás: es un artista de primerísima línea, probablemente el más encumbrado de nuestros diseñadores escénicos, un maestro de maestros.
Afortunadamente ninguno de sus méritos está en discusión: ha recibido el Premio Nacional de Teatro (2007) y el Premio Nacional de Diseño (2013)... y muy bien que merecería el Premio Nacional de Danza, pues en ese ámbito ha brillado como ningún otro diseñador.
Basta revisitar su amplísimo catálogo para Danza Contemporánea de Cuba desde sus primeros años, o para el Ballet Nacional de Cuba. Es una fiesta de los sentidos. Es un escaparate riquísimo, pletórico de imaginación e inventiva.
Y de cultura. Porque Arrocha es un hombre de gran cultura.
Ha revisitado la inmensa tradición de su arte para entregar creaciones hermosas y funcionales. Hasta el punto de que muchas veces sus diseños han sido considerados puestas en escena en sí mismos.
El accesorio se ha hecho sustantivo de la propuesta escénica.
Eduardo Arrocha cumple este domingo 86 años. No tendrá, por las circunstancias, la fiesta que merece. Pero sus muchos amigos y admiradores lo tienen muy presente.
Él ha sido el hechicero, un mago de la escena. Él ha concretado la fantasía. Él ha ha sido escuela.
¡Felicidades, maestro!
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Carmen Martinez Rivero
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