Tokio 2020: Poniéndole el alma a los compases finales
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Hay que ponerle siempre el extra a los compases finales de una competición, la elaboración de una tesis, o el final del surco en una cosecha de tabaco o papa. Lo digo para solamente contextualizar y sopesar todo lo que puede haber o necesitarse en pos de un rendimiento supremo. Bastaría preguntarle a Simone Biles, Laurel Hubbard, los legendarios Pau Gasol y Luis Scola, Eglys Cruz y Yarisley Silva… y tantos otros.
Así deshojamos otra jornada del calendario de Tokio, con el extra dejado por muchos, más allá de sueños cumplidos o no. Comenzaré hablando del luchador Reineri Salas (97 kg). Y lo hago no solo por darnos una clase magistral, y felina, de cómo preparar sus ataques y hacerlos efectivos. Lo digo con total conocimiento de causa, no solo por el hecho de contar 34 abriles, haber enfrentado en su organigrama al bronce del último Mundial; y en semifinales al “indomable” ruso Abdulrashid Sadulaev, cuatro veces rey del orbe y vigente campeón olímpico.
Lo digo porque en el presente ciclo estuvo incluso a punto de dejar el deporte en activo, asediado en parte por lesiones, y por flaquezas en el componente psicológico que pueden aflorar en deportistas de calidad elevada (recuerden la Biles). Salas se repuso a todo eso y con una preparación no del todo sólida, encaró el reto de Tokio.
Sendas técnicas de cuatro puntos, como tigre que aguarda una fracción de descuido de su presa para devorar, necesitó Reineris para imponerse 4-3 al bielorruso Aliaksandr Hushtyn, y 6-4 al macedonio del norte Magomedgadji Nurov. Así aseguró su duelo semifinalista ante Sadulaev, un oponente que le ha resultado imposible de sortear y que ahora volvió a doblegarlo por 4-0. Lo intentó Reineris, preparó tres. Cuatro entradas a tackle, forcejeó hasta la médula en el centro del colchón, pero Sadulaev es simplemente SUPERIOR.
Salas tendrá la posibilidad de redimirse en la discusión del bronce, y espera su rival de la instancia de repesca, a la que accedió la capitalina Yusneilys Guzmán (50 kg), halada por la china Yanan Sun, su victimaria 8-2 en el primer pleito.
Hablando de repesca tanto Geandry Garzón (74 kg) como Laura Herin (53), cayeron en esa instancia por respectivas superioridad técnica 0-10, y 0-5, ante verdugos estadounidenses de la talla de Kyle Dake y Jacarra Winchester.
CANOTAJE… ¡NO ME INFARTES POR FAVOR!
¿Estará preparado mi corazón para otra regata del canotaje similar a la final del C-2 a 1000 metros? Por si acaso lo he ido entrenando con otras emociones, pero confieso que no de tamaña intensidad. Entonces, tendré cerca el EFISMO por si a Fernando Dayán Jorge (4:04.378 minutos-1ro en el heat 5), y José Ramón José Ramón Pelier Córdova (4:06.343-2do en la manga uno), les da por jugarme una mala pasada. Antes, deberán transitar por las semifinales, donde el brasileño Isaquias Quiroz (3:59.894), un verdadero tren dando paletadas, en el Sea Forest o cualquier otra pista naútica, fue el único en rebajar los cuatro minutos en preliminares y sale como favorito a contender por el oro.
También signaron su presencia en semis, la dupla más joven del certamen: Yirisleidi Cirilo-Katherin Nuevo. Aunque las novatas tuvieron que sudar un poco más la camiseta. Luego de culminar terceras en su regata clasificatoria (2:03.229), se impusieron luego, en el segmento de cuartos de final (2:03.282), dando muestras de que además de talento, tienen resistencia a la fuerza y esa llamada bomba que le ponemos nosotros los cubanos a cualquier objetivo propuesto.
La escena, de infarto o no, quedará lista para el manjar olímpico de fin de semana.
Por debajo la “Leidy” del pentatlón
Sinceramente no fue la mejor competencia la de la pentatleta Leidy Laura moya en Tokio. Lo digo amén del inalcanzable récord olímpico dorado de la británica Kate French (1 385). El puesto 26 para nuestra chica maravilla en esta disciplina entre 36 competidoras, no se corresponde con su valía. Obtuvo 1 261 puntos divididos en: natación (275, puesto 29 con crono de 2:17.96 minutos); esgrima (191 ptos, incluido uno en ronda de bonificación para el lugar 26); equitación (291 y posición 15 con score de 89.20); y laser-run (504, pobre escaño 30 con 13:16.65).
En la misma prueba para hombres tampoco se espera una buena faena para Lester Ders, anclado 34 después de la jornada competitiva inicial.
El deporte Rey, con relucientes coronas
Confieso que me dolió muchísimo ver a Roxana Gómez decir adiós a la final de 400 metros sin cruzar la línea de meta, sin otra prueba de calidad sobrada a sus 22 años, sin la posibilidad de rebajar, o no, nuevamente los 50 segundos. Ahora lo más perentorio es determinar el grado de su molestia y cuidarla, por encima de todo.
Lo cierto es que Roxana se convirtió en la quinta atleta cubana lesionada previo o durante los Juegos. Algo que creo igualmente habrá que analizar.
De vuelta a la carrera, la bahamesa y favorita precompetencia Shaunae Miller-Uibo deslumbró y con el mejor registro de la campaña (48.36 segundos), sexto mejor de todos los tiempos, y récord para el área de NACAC, dominó con “ligera” holgura, pues al salir de la curva ya contaba con imborrable ventaja.
La portentosa dominicana Marileidy Paulino llevó el tope de Quisqueya y personal hasta 49.20; en tanto la legendaria e incombustible Allyson Félix abrió los brazos al cielo, tendida en la pista y pensando en su pequeño, al saberse acreedora del bronce (49.46), igualmente con crono cimero de campaña.
También un gran registro estampó en la final de 1 500 metros la keniana extraclase Faith kipyegon (3:53.11 minutos), al punto de fijarlo como nueva primacía bajo los cinco aros y el octavo de la historia. Por cierto, Kipyegon posee el cuarto (3:51.07).
Una carrera muy rápida, en la cual la británica Laura Muir (3:54.50 tope de su nación), abrió un cuarto pulmón para derrotar en el hectómetro final a la holandesa Sifan Hassan (3:55.86), menguada por su cetro de los 5 000 y cuatro carreras de largo aliento contando esa en un lapso de cuatro días. Casi sobrenatural.
Otro fondista favorito que hizo sus deberes fue el ugandés Joshua Cheptegei (12:58.15) en los 5 000 metros. Otro circuito veloz, con los cuatro primeros rebajando los 13 minutos. La plata y el bronce quedaron en poder del canadiense Mohammed Amhed (12:58.61) y el estadounidense Paul Chelimo (12:59.05), ambos de procedencia africana y defendiendo otros pabellones bajo el fenómeno de la nacionalización.
En la jabalina la china Shiying Lyu se comportó a la imagen y semejanza de María Caridad Colón en Moscú 1980 y Odisleydis Menéndez en Atenas 2004. Mandó alerta de sus pretensiones dardo en mano en su disparo inicial de 66.34 metros, en definitiva, ganador y su registro cimero además de este 2021.
Cierre de vértigo, a ritmo de cuatro por 100 y con un desenlace que ni el más pinto hubiese presagiado.
Todavía el británico Nethaneel Mitchel-Blake se duele y se pregunta cómo el italiano Filippo Tortu, con unas zancadas de otra galaxia, pudo rebasarlo en los metros finales para coronar un rendimiento inédito en una posta corta transalpina (37.50 segundos) que coronaron además de la gloria bajo los cinco aros, el tope nacional bambino. Histórico, especialmente para Marcell Lamont Jacobs, dueño de un doblete inédito tras imponerse en el hectómetro con respetabilísimos 9.80.
Británicos (37.51) y canadienses (37.70) de la mano de un De Grasse fenomenal, completaron el podio, donde además resaltó la ausencia de Estados Unidos (no clasificó a la instancia decisiva) y Jamaica (37.84), a la postre quinta.
Sin embargo, las féminas del reggae barrieron. Con Elaine Thompson en calidad de portaestandarte y Shericka Jackson rematando fuerte, para un 41.02 segundos que las situó como recordistas domésticas. Brianna Williams en su estreno, y Shelly-Ann Fraser-Pryce engordando su legado, completaron la posta imbatible, escoltada ahora sí por las estadounidenses 41.45, y las británicas 41.88.
Un detalle tan curioso como insospechado: Italia (5-0-0) escolta a Estados Unidos (5-12-6) como máximos ganadores de cetros en el Deporte Rey. Jamaica, aupada por sus sprinters, y Polonia, de la mano de sus lanzadores les siguen con idénticos (4-1-3).
Cae otro telón
Hablamos de dominios, poderío y tradición. Si hemos de revisar la pista del Estadio olímpico, urge hacer otro tanto con las bicicletas de los holandeses, y las raquetas de tenis de mesa de los chinos.
En la primera de estas disciplinas el holandés Harrie Lavreysen se convirtió en el rey de la velocidad, al imponerse a su coequipero Jeffrey Hoogland por dos series a una. Por cierto, Hoogland llegó a desarrollar una velocidad media de 74.044 km/hen la primera de las mangas.
Los de los tulipanes se han hecho de tres títulos en el velódromo de Izu, para marchar delante de los poderosos británicos con par de cetros. Mientras, en el tenis de mesa, el elenco varonil chino barrió 3-0 a su similar de Alemania, apoyados en los fuera de serie Ma Long y Zhendong Fan, oro y plata en individuales, además. Nada, que los de ojitos rasgados no dejaron nada para nadie y se apropiaron de los cinco vellocinos en pugna.
Dejo una puerta abierta, las chicas del equipo de nado sincronizado de Rusia recibieron astronómicos 97.2979 en su rutina de conjunto clasificatoria. ¡Mama mía!
¿El medallero? Pues claro amigos míos. China (36-26-17) continúa regenteando, por encima de Estados Unidos (31-36-31) y los anfitriones japoneses (24-11-16). El Top cinco lo completan Gran Bretaña (18-20-20) y el Comité Olímpico Ruso (17-23-22), en tanto la Mayor de las Antillas (6-3-4) se coloca en un meritorio puesto 14.
Y ya, que el teclado, el sueño, y el almuerzo de Enzo Samuel, se convierten en prioridades ahora mismo.
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