Sufre el mundo el embate de la cuarta ola de la pandemia

Los retrasos en las vacunaciones, la fatiga de muchas sociedades ante las restricciones y las variantes más contagiosas del coronavirus han llevado al mundo a una cuarta ola de COVID-19.

Todavía no se alcanza la magnitud de la tercera oleada, entre octubre y enero, hasta ahora la peor en contagios y muertes, pero sí se supera el alcance de la primera, entre marzo y abril de 2020, aunque en ese momento muchos casos no pudieron ser testados.

La cuarta ola también sobrepasa las cifras de la segunda oleada, de mediados del año pasado, cuando la COVID-19 golpeó especialmente el continente americano.

Así lo advierte un reporte de la agencia española de noticias EFE, que toma como referencia a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyas cifras muestran que los casos globales de COVID-19 superan hoy los 127 millones, mientras que los fallecidos se acercan a los dos coma ocho millones.

Pero tras el esperanzador descenso de la curva que hubo desde el inicio de 2021 hasta la mitad de febrero, llevamos seis semanas consecutivas de aumento de la trasmisión en todas las regiones, una tendencia preocupante y grave, de acuerdo con la responsable de la unidad anti-COVID de la OMS, María Van Kerkhove.

En su encuentro semanal con internautas en redes sociales, Van Kerkhove precisó que los contagios diarios globales sobrepasan ya en algunas jornadas los 600 mil, acercándose a las cifras récord de principios de año, cuando se superaron los 800 mil, mientras que los fallecimientos diarios superan en algunas jornadas la barrera de los 10 mil.

La única tendencia positiva que muestran las curvas es que pese al ascenso de casos del último mes y medio, la cifra de fallecidos sigue bastante estable, lo que podría deberse a los efectos que las vacunaciones están teniendo ya en poblaciones vulnerables.

Sin embargo, los expertos alertaron que, como pasó a mediados de 2020, está observándose un descenso en la edad media de los casos más graves, y aumenta el número de personas de entre 30 y 60 años que requieren intervenciones de urgencia.

“Es frustrante que esto ocurra porque ya hemos vivido esa situación, se ha bajado la guardia con el buen tiempo y no podemos hacerlo en un momento en el que la distribución de vacunas aún es desigual”, señaló Van Kerkhove, quien recordó que todos sabemos lo que hay que hacer para evitar las infecciones y salvar vidas, así que debemos seguir haciéndolo, poner todo lo posible de nuestra parte para que bajen las cifras.

En esta cuarta ola de la pandemia la distribución de los casos es muy desigual, debido tal vez a factores estacionales y a las vacunaciones; en América, las cifras son relativamente bajas, pero en Oriente Medio o Asia Oriental se sufren ya cifras récord de nuevos contagios.

Y mientras, el país más golpeado por la pandemia, Estados Unidos, ha logrado reducir los casos diarios, éstos suben rápidamente en Brasil y la India.

En Europa las cifras difieren enormemente, pues la curva se mantiene relativamente estable en países que han sufrido duramente anteriores olas, como España o Reino Unido, pero sube en Alemania, Italia o Francia, cuyos gobiernos han ordenado un aumento de las restricciones.

Las negativas tendencias coinciden además con la llegada de las vacaciones de Semana Santa, lo que hace temer un aumento aún mayor de los casos debido a salidas vacacionales y reuniones familiares, como ocurrió en las pasadas Navidades.

En el 2021, al menos, ya hay vacunas contra la COVID-19, por lo que la pandemia se ha convertido en una carrera contrarreloj por inmunizar lo más rápido posible a miles de millones de personas, antes de que surjan nuevas mutaciones resistentes a los antídotos.

Sin embargo, por ahora, solo se han inyectado en el planeta unos 600 millones de dosis, cuando los expertos calculan que harán falta unas 10 mil millones para conseguir la inmunidad de grupo global.