El fallecimiento del estadounidense Dick Fosbury ha conmocionado al mundo del deporte, en especial al del atletismo.Numerosas personalidades han expresado su pesar por el suceso.

Entre esas figuras está el cubano Javier Sotomayor, recordista mundial del salto de altura, cuya trayectoria hubiese sido diferente sin la existencia del hombre que conquistó el título en los Juegos Olímpicos de México 1968 empleando una inédita técnica que revolucionaría la especialidad.

«Lamento mucho su fallecimiento. Fue un gran atleta y una gran persona. Representó una figura fundamental para el mundo deportivo y en lo especial para el salto de altura», confesó Sotomayor en exclusiva para JIT, horas después de conocerse el deceso de Fosbury en su casa de Idaho, a los 76 años de edad, debido al linfoma que le fuera diagnosticado en 2008.

«Me siento agradecido porque revolucionó la técnica del salto de altura en el año 1968, cuando yo apenas estaba cumpliendo un año de vida. Fosbury también es parte de mi récord», afirma el humano que más alto ha saltado solo con el impulso de sus piernas.

Casi todos los expertos coinciden en que Sotomayor nunca hubiese brincado sobre los 2,45 metros, ni superado otras impresionantes alturas sin el fosbury flop, la única técnica en el atletismo que lleva el nombre de su creador.

Antes que Fosbury “atacara” la varilla en la cita olímpica mexicana de esa peculiar manera, nadie había visualizado esa entrada de espaldas al colchón para dejar menos espacio entre el centro de gravedad y el listón a superar.

Con su estatura de 1,93 metros, el nacido en la urbe estadounidense de Portland, era entonces el menos corpulento entre quienes dominaban la especialidad utilizando la técnica de rodillo ventral. Y aunque al principio fue tildado de loco, poco a poco quedó demostrada la efectividad del nuevo método.

«Con el anterior estilo hubiese sido muy difícil llegar tan alto. No creo que haya existido alguien en el atletismo que haya impulsado un cambio tan radical en forma de competir y convertirlo en habitual en tan poco tiempo», afirma el ídolo de Limonar, dueño de la plusmarca universal desde 1993.

En la actualidad resulta imposible imaginar a un saltador de altura ejecutando el movimiento de otra manera. Fue tal el impacto de aquella técnica que apenas cuatro años después de su estreno, en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, la utilizaron 28 de los 40 competidores inscritos.

Fosbury apenas sobrepasó los 2,24 metros en México 1968, pero esa altura se convirtió entonces en el récord para las citas bajo los cinco aros. Sin embargo, su legado trascendería ampliamente aquel triunfo, sin duda el más relevante en su corta trayectoria deportiva.

Desde su consagración, solo dos saltadores lograron medallas olímpicas sin utilizar la mecánica implementada por Fosbury, quien en 1981 ingresó al Salón de la Fama del Atletismo de Estados Unidos.

Tenía apenas 25 años de edad cuando quedó fuera del equipo olímpico para la cita de Múnich 1972. Recondujo entonces sus pasos hacia la ingeniería civil, fue activista por los derechos ciudadanos, siempre que tuvo una oportunidad se pronunció contra el racismo e incluso aspiró a un cargo político.

«Compartí con él en muchas ocasiones. Nos vimos creo que más de 10 veces y siempre pasamos muy buenos momentos en esos encuentros en los que nunca faltaron los consejos y la admiración. Quienes adoptamos su estilo y los que seguirán haciéndolo tenemos una deuda con él», afirma el llamado Príncipe de las Alturas.

Otro astro del atletismo mundial, el exvelocista estadounidense Michael Johnson, también aseguró desde su cuenta en Twitter que «la leyenda mundial probablemente se usa con demasiada frecuencia. ¡Dick Fosbury fue una verdadera LEYENDA! Cambió un evento completo para siempre con una técnica que parecía una locura en ese momento, pero el resultado la convirtió en el estándar».

También la World Athletics lamentó la muerte en sus perfiles en redes sociales. «World Athletics está profundamente entristecido al escuchar que el campeón olímpico de salto de altura de 1968 @DickFosbury1, que revolucionó su evento al introducir la técnica del 'Fosbury flop', falleció el domingo a la edad de 76 años. Verdaderamente uno de los grandes», escribió en Twitter.