Así como lo lee, el estrés puede dañar la salud de nuestros ojos. Como si no fuera poco que también amenace nuestra estabilidad emocional, el sueño, y hasta la caída del cabello y el apetito, nos puede dejar importantes secuelas oculares, incluso la pérdida de la visión.

De acuerdo con la Academia Americana de Oftalmología, bajo situaciones de estrés el cuerpo se defiende como puede y libera las hormonas cortisol y adrenalina para poder responder a las posibles amenazas, pero esto puede aumentar la presión intraocular.

Es cierto que a veces ese incremento pasa desapercibido y no nos afecta, sin embargo, cuando sucede de modo persistente, o sube de modo excesivo, puede dejar su huella en el nervio óptico, sobre todo con más fuerza en pacientes con algún trastorno de base como el glaucoma y el ojo seco.

El problema es que la presión ocular no ofrece síntomas muy claros como ocurre con frecuencia con la tensión arterial. No obstante, podemos estar atentos a algunos indicadores identificados en personas con esta afección, aunque también son comunes a otros malestares. La fotofobia, sobre todo si es repentina o más acuciante, también el temblor en los párpados, la visión borrosa o con escasa nitidez, el cansancio ocular, la visión de túnel y sentir los ojos muy secos o demasiado húmedos, son algunos de ellos.

Ya sabemos que ante un episodio de estrés a veces no tenemos cabeza para detenernos en qué sentimos porque estamos enfocados y viciados con lo que nos ocupa, pero deberíamos procurar estar atentos a las señales de nuestro cuerpo para poder actuar en consecuencia y a tiempo.

Tampoco podemos hacer que el estrés se comporte de una manera determinada en nuestro cuerpo, pero sí tomar medidas para preparar nuestra mente y que tengamos cierta fortaleza para canalizar esa ansiedad. En la medida de lo posible sería ideal contar con atención especializada, pero hasta que eso sea, puede aliviar adoptar nuevas prácticas.

Hacer ejercicios de respiración y meditación con frecuencia nos ayudará a relajarnos, así como también ayudará practicar deporte o realizar alguna rutina aeróbica, evitar ambientes de tensión, incluso las redes sociales que suelen ser avisperos para las emociones.

Manejar el estrés resulta complicado, pero podemos intentarlo; y para la salud de los ojos recomendamos tomar descansos si pasamos mucho tiempo frente a una computadora o pantalla, así como hacer parpadeos conscientes para que el ojo se hidrate, pues cuando estamos muy concentrados se nos olvida y lo dejamos abiertos durante mucho tiempo. También recomendamos iluminar la habitación donde permanezcamos para no forzar tanto el trabajo ocular. Y, lo más importante, acudir al médico ante la mínima molestia.