Sadaise Arencibia, siempre, Ballet Nacional de Cuba

Una vez bailarín, lo serás por siempre, la máxima que rodea a la danza y que asume hoy con absoluta naturalidad Sadaise Arencibia, primera figura del ballet nacional de Cuba (BNC).

Es sin dudas uno de los nombres propios del BNC, con 25 años de carrera y 15 como primera bailarina, también profesora. Suficientes premisas para iniciar el diálogo exclusivo con Prensa Latina.

Vuelve a brillar en la gira por España y Portugal de la compañía, alternando papeles en Don Quijote y Giselle, las dos principales puestas en escena en varias ciudades españolas y en Lisboa.

Empero, sus roles favoritos los lleva en su piel, en Carmen, Giselle y El lago de los cisnes, “por lo que han significado para mí y la receptividad de los espectadores”.

Su notable y extenso recorrido por los escenarios internacionales y de Cuba, hacen obvia la pregunta de su futuro, y la respuesta no puede ser más expresiva.

“Nosotros tenemos un dicho en el ballet, “que una vez bailarín (…) y siempre serás bailarín”, es algo que llevo conmigo”, confesó.

Sin dar tiempo al acomodo ante la expectativa de una nueva función, esta vez en Torrejón de Ardoz, a unos 30 kilómetros de Madrid, otro intercambio con Prensa Latina ingresa en el terreno de las sensaciones, después de tanto tiempo.

Sadaise reflexiona, como si repasara el cuarto de siglo en la danza y subraya: “son 25 años de muchas satisfacciones, sacrificios, entrega, sobre todo de regocijo por esta larga y fructífera carrera, muy hermosa para mí”.

“Me siento con una madurez artistica y con más amor que nunca a mi profesión (…) una siempre tiene papeles que quiere seguir interpretando y nuevos por hacerlo. Claro que será mientras público así desee que sigamos bailando”, apuntó.

Acerca de la dicotomía, planteada también al interior del BNC, de asumir las tendencias del momento neoclásicas o más contemporáneas, recalcó que los clásicos sobrevivirán.

“El ballet ha evolucionado mucho, aunque sigan existiendo compañías clásicas y contemporáneas. Hoy en día no se puede separar tanto una disciplina de la otra. Ahora desde pequeños, los bailarines reciben una formación que quizás no teníamos nosotros, son más multifacéticos”, analizó.

Al abundar sobre el tema, indicó que las técnicas disciplinarias se entrelazan unas con otras y los bailarines son más completos en actualidad.

“No me gustaría que despareciera el ballet clásico, y creo que no pasará, porque hay mucha gente el mundo que lo ama”, zanjó.

Se despide ansiosa en la preparación del personaje de Dulcinea, que interpretará en el ballet Don Quijote, como la misma ilusión de la primera vez.