“Es paradójico, pero cierto: se ha observado un deterioro significativo en la vida de la población siria precisamente en el último año, cuando se logró una reducción significativa de la violencia sobre el terreno”, subrayó el lunes el vicecanciller ruso, Serguei Vershinin en una videoconferencia celebrada por el Consejo de Seguridad para revisar la situación humanitaria en Siria.

Agregó que la más grave situación se da en las zonas que no están bajo el control de Damasco e incluyen el noroeste, norte y noreste de Siria, cuya responsabilidad recae sobre los países ocupadores.

En cuanto a la situación en la provincia de Idlib el funcionario ruso señaló que la ayuda humanitaria no llega a la población civil, sino que acaba en manos de terroristas.

El funcionario ruso hizo estas declaraciones después de que el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, afirmó que Washington pide la entrada de ayudas humanitarias a Siria y calificó la solución política como la única salida a la crisis siria.

Las afirmaciones del Blinken suceden mientras EE.UU. por un lado al ocupa Siria, y está robando el petróleo de este país, impidiendo que se alcance a un acuerdo político para resolver la crisis y por otro lado,ha creado problemas para la economía siria al imponer sanciones contra el país árabe.