Repercute cartelera de Jazz Plaza protagonismo discográfico de Oliver Valdés
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Fragmento de la portada del disco Nasobuco, del percusionsta cubano Oliver Valdés
Para este 20 de enero, la 37 edición del Festival de Jazz Plaza tiene en su programación la entrega en la Sala Covarrubias, del Teatro Nacional de Cuba, del primer álbum que protagoniza Oliver Valdés, bien nombrado al considerarlo parte de la nueva generación de la batería en nuestro país.
Nasobuco da título al fonograma desde el cual repercuten sus intereses, calados entre toda la abundancia de legados y referencias propias, permitiéndole expresarse mediante el instrumento y la composición para dar cuenta de su estilo.
Presente en créditos de numerosas producciones discográficas, a su disco debut Oliver Valdés suma respaldos que bien sostienen su ganada ascendencia en los diferentes ámbitos de la música, a través de la cual ha logrado una mantenida repercusión al transitar por la última década.
Cerca de una veintena de todos estrellas lo acompañarán en la presentación de Nasobuco, la mayoría del total involucrado en el disco producido por NuCubMusic Project (que lidera) y Four Wives, con el apoyo del Centro Nacional de Música Popular y RTV Comercial.
Estarán junto al bien reconocido percusionista, los cercanos de su generación Tony Rodríguez, Rolando Luna, Eme Alfonso, Yaroldy Abreu, Adonis Panter y Jamil Schery, también Roberto Carcassés, Julito Padrón, Gastón Joya, Juan Carlos Marín y Alejandro Delgado, Ramón Tamayo y Erdwin Vichot, Ele Valdés y Carlos Alfonso, así como Germán Velazco y Jorge Reyes, referentes a la vez para su impronta.
Alusivo en su titulación al período de confinamiento al que llevó la pandemia global de la COVID-19, Nasobuco testimonia de tal modo las concreciones de Oliver Valdés, quien ha dicho que encuentra en la batería un modo gratificante de expresión del heterogéneo caudal de sus intereses musicales, tanto entre formas del jazz, el pop o la trova.
Reconociéndose “abierto en cuanto a géneros”, de su primer fonograma se asegura que resume distintas maneras de tocar la batería según los géneros e instrumentos que integran cada formato, vindicando el alcance de las realizaciones de Oliver Valdés y su empeño por «una búsqueda diferente», que bien lo identifica.
Nuevas piezas integran la totalidad de Nasobuco, que además incluye en su nómina a Barbarito Torres, Yosvany Terry y a su padre Jorge Luis Valdés Chicoy, a quien considera primer responsable de su apego al jazz “en el que un artista puede liberarse más y un modo de vida”, en palabras de Oliver Valdés.
De esa manera concretó para el disco una versión propia sobre El Necio, de Silvio Rodríguez, a quien ha estado acompañando por casi dos décadas; u otras como Maní y la que da título al álbum, en coautoría con Julito Padrón y Alejandro Delgado, respectivamente.
Con la grabación de Olimpia Calderón en los estudios Ojalá, mezclado y masterizado en Los Ángeles por Jimmy Branly, a Nasobuco lo acompañan sendos audiovisuales que documental el proceso de trabajo y la entrega de El Necio.
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