Prensa cubana: enredarse con lucidez en las redes
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Foto: tomada de Facebook
Una de las vías más expeditas para saber qué está pasando en una comunidad, una provincia o en el país es acercarse a las redes sociales.
Claro, con medios de protección, para evitar contaminarse de fake news, la banalización y otros patógenos.
Foto: tomada de mundodeportivo.com
Pero lo cortés no quita lo valiente y es innegable que la inmediatez distingue a estas plataformas que se han convertido en una especie de barrio digital, donde lo mismo está la chismosa, el malintencionado, que el vecino honrado que quiere alabar, criticar o denunciar para que las cosas sean mejores.
Por eso, en todo el mundo, las redes sociales se han convertido en una valiosa fuente informativa para los medios de prensa digital, tributando decisivamente a su actualidad y buen posicionamiento.
No es casual que el gasto mundial en publicidad online haya experimentado una constante tendencia creciente a lo largo de los años. Siguiendo pautas de la inteligencia competitiva, las empresas de marketing y publicidad invierten hoy más en las redes sociales que en los medios impresos. Según un estudio realizado en junio de 2022, el gasto en publicidad digital supuso aproximadamente el 62% del total invertido en publicidad a nivel mundial en 2021, y prevén que el peso de este tipo de anuncios en el gasto global aumente hasta casi el 65,2% al cierre de este 2024.
Foto: tomada de es.qrcodechimp.com
Está claro que aquello de «el que da primero, da dos veces» se vuelve una máxima bastante cuestionable en asuntos de informar a la ciudadanía porque es fácil «irse con la de trapo», es decir, replicar noticias manipuladas, intencionalmente torcidas por aquellos que solo se proponen dirigir la atención a los descalabros.
Sin embargo, el monitoreo constante de las redes sociales bien que serviría a nuestra prensa digital de una valiosa brújula que, al menos, indique el inicio de un camino. Por supuesto, habría que investigar, hacer llamadas telefónicas, cruzar datos y comentarios, incluso personarse en el lugar, si fuera posible, antes de convertir lo leído en información.
Si las entidades, instituciones estatales y directivos tuvieran una participación realmente eficaz en las redes y también en los sitios web —como anda haciendo el Ministro de Transporte—, sería todavía mejor. Sobre todo porque a ellos también debería corresponder el estar siempre atentos a esos espacios de la Red de Redes y responder de manera oportuna y rápida a las dudas, críticas o denuncias.
Foto: tomada del perfil de Facebook de Eduardo Rodríguez Dávila
De ser eso una práctica, la prensa cubana dispusiera de una fuente bien confiable con la que cruzar o complementar lo que en redes sociales anda centrando la atención de centenares y a veces miles de internautas, quienes allí comentan o publican sus emojis, a veces más elocuentes que una parrafada.
La prensa hoy, y así lo demuestra su quehacer a escala global, tiene que parecerse a las redes sociales, que es parecerse al mundo. Es verdad que ese mundo digital está muchísimas veces manipulado, pero cuando el río suena… El asunto está en saber decantar, filtrar, en tener las antenitas prestas.
Imagen tomada de theconversation.com
Y ese seguirle los pasos a las redes incluye el dinamismo e interactividad que las caracteriza. Por eso es también importante hacerle espacio a los comentarios de los internautas, también tomarlos como complemento y referencia, lo cual para nada equivale a ayudar a difundir los mensajes de aquellos que, burdamente, solo quieren confundir, destruir.
Sería tan saludable que en todas las instancias, espacios y rincones acabaran de interiorizar que en este siglo XXI, con IA y hasta con humanoides, el ámbito digital se ha posicionado como uno de los principales referentes, que ha llegado para quedarse, y quien así no lo comprenda, quedará atrás irremisiblemente.
Pero todavía en nuestra Isla hay quienes se empeñan en privilegiar la prensa impresa, y hasta se invierten sumas cuantiosas en su modernización, en vez de apuntalar las redacciones digitales. Sería interesante —en consecuencia con la permanente exhortación a andar de la mano de la ciencia— investigar, con el apoyo de la sociología y otras disciplinas, cuántos y quiénes adquieren esa prensa impresa y qué utilidad le dan.
Foto: tomada de cubahora.cu
A la vez, también con esos métodos científicos, deberíamos conocer cuáles son las vías de información a las que más acuden los cubanos y, en consecuencia, trazar estrategias. Además de contar con la verdad de nuestro lado, la guerra mediática se gana con buenas y científicas estrategias.
No es secreto que falta personal periodístico —basta ver las convocatorias para plazas vacantes. Pero si los que están consideraran esta alternativa de monitorear las redes sociales como fuente, además de informar sobre actos, abanderamientos, condecoraciones y otros afines, quizás pudieran multiplicarse en eficacia, en apego a este complicado día a día y su mejoramiento.
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