Polémica por la llave de la prisión de Mandela
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La llave de la celda donde estuvo encerrado Nelson Mandela durante años estuvo a punto de ser subastada en Nueva York y el anuncio de la venta desató una acalorada controversia.
"Pertenece al pueblo de Sudáfrica. No es un objeto personal", protestó la ministra de cultura de Pretoria, Nathi Mthethwa, que disparó contra los promotores. "Es impensable que una casa de subastas, consciente de la dolorosa historia de nuestro país y del simbolismo del objeto, se permita venderla sin habernos consultado", fustigó.
Guernsey, que habría debido poner la llave a subasta el 28 de enero, suspendió la venta indefinidamente a la espera de que los objetos sean examinados por la Agencia de Recursos del Patrimonio de Sudáfrica.
No es la primera vez que objetos de interés relacionados con personajes históricos terminan en el mercado causando polémica.
Es algo que sucede periódicamente, como en el caso de la venta de reliquias de Mahatma Gandhi en 2009, cuando unos escasos artículos -un par de sandalias, gafas, un reloj de bolsillo y un cuenco de hierro- terminaron en el catálogo de una casa de remates neoyorquina.
Ministros y diputados en Nueva Delhi exigieron su regreso a su sede natural, Gandhi Smriti, la casa-museo donde el padre de la India moderna pasó los últimos meses de su vida, pero al final la venta continuó y esas reliquias terminaron en las manos de un magnate indio, quien pagó más de 1,8 millones de dólares para permanecer en el país.
La llave, como las sandalias o las gafas, son objetos banales que, sin embargo, evocan páginas de la historia.
Además de la llave, la subasta de Guernsey incluyó una treintena de objetos relacionados con "Madiba", como se apodó al primer presidente negro de Sudáfrica, que murió en 2013 a los 95 años de edad. Un tercio eran obsequios o premios recibidos por el estadista, incluido un Edredón regalado por Barack y Michelle Obama, y artículos personales como una de las características camisas de seda y un par de gafas de sol Ray-Ban modelo "Aviator", las favoritas de Mandela.
La subasta nació por iniciativa de la hija del líder, Makaziwe Mandela-Amuah, con la idea de destinar las ganancias de la venta al Jardín Conmemorativo de Mandela, cerca de la tumba paterna en el pueblo de Qunu.
La llave debería haber sido la estrella del día. Christo Brand, el oficial de detención asignado a la celda de Mandela en la prisión de máxima seguridad de Robben Island, la había puesto a disposición.
Brand y Madiba se habían hecho amigos durante los 27 años de detención del Premio Nobel de la Paz y, tras la liberación del líder de la lucha contra el apartheid en 1990, continuaron escribiéndose.
Entre los objetos puestos a la venta por el guardia penitenciario también hay una bicicleta estática que utilizó Mandela en prisión.
Ahora Guernsey está trabajando "en una solución que satisfaga a todos", dijo el presidente de la casa de subastas Arlan Hettinger, en alusión a un coleccionista privado que podría comprar la llave y luego, como sucedió con Gandhi, devolverla a Sudáfrica.
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