Playa Girón: La Cruz sigue haciendo historia
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Fotos: JIT
Entre lo más destacado de la recién concluida edición 60 del Torneo Nacional de Boxeo Playa Girón estuvo la coronación de Julio César La Cruz en la división de 92 kilogramos.
La Sombra inició su andadura con un cetro inesperado en 2008, que le hizo el suceso de esa versión celebrada en Holguín, y aunque luego no pudo alcanzar el boleto olímpico en la entonces categoría de 81 kilos, se asentó en la preselección nacional, de la cual no ha vuelto a salir y donde sumó lauros a todos los niveles.
Ahora regresa de Sancti Spíritus con su faja número 13, para igualar en el liderazgo histórico con el legendario Félix Savón.
Pero la justa doméstica de los puños, ganada por primera vez por el equipo espirituano y de manera espectacular, dejó otros elementos interesantes.
Uno de ellos tiene que ver con la propia sede, pues jamás un conjunto perdió más de tres hombres seguidos en la misma velada, y los yayaberos sufrieron cinco derrotas en línea, en las primeras peleas de la cartelera final.
Alguna fue bien polémica, como la de Dariesqui Palmero en los 60 ante Rafael Joubert (en el peor de los casos, nunca debió ser por decisión de 4-1), pero luego se coronaron Jorge Cuéllar (75) y Adonis Bel (más de 92), para desplazar a Cienfuegos del primer puesto.
Cuando Bel escaló el encerado, los de casa iban un punto debajo, pero tras imponerse por RSCI en el primer salto contra el favorito Fernando Arzola, terminaron delante. Aquí me sorprendió en la fecha anterior que al santiaguero se le diera la victoria luego de sufrir una herida, tras apelar a cómo iban las votaciones hasta ese momento, cuando eso se hace solamente en una final, no cuando el púgil tiene que volver a combatir, pues es prácticamente imposible que la herida no vuelva a abrirse en tan poco tiempo.
En definitiva, hubo que detener las acciones muy pronto, y lo bueno fue el alboroto de los reunidos en el Polideportivo Yayabo, conscientes de que ese triunfo representaba el título por provincias.
De los anfitriones, mereció reconocimiento también Adrián Licea Pérez, una de las mayores sorpresas del evento, tras ganarle a más de un favorito, pese a su déficit de entrenamiento, de solo 15 días, por estar en la previa del Servicio Militar y sufrir hepatitis por cuatro meses. Así y todo, no se llevó la corona en su peso porque el cansancio lógico lo llevó a constantes agarres y los jueces lo castigaron por eso, a pesar de dar los mejores golpes en la final.
Muy agradable fue ver también a Jorge Soto, que pese a perder de manera unánime contra el doble campeón olímpico Arlen López, mostró que fácilmente puede hacerse un hueco cuando se compita en más divisiones.
Arlen fue escogido como el más técnico; Cuéllar, el más combativo, y el tope de Saidel Horta y Yosvani Veitía en los 57 kilos fue seleccionado como el mejor de todos.
Ya Horta tiene su boleto para los Juegos Olímpicos en París 2024, pero El Diablo puede ser su mejor sparring, y además, seguir asumiendo compromisos en el mundillo profesional, aunque no le haya ido bien hasta el momento.
Nos quedamos con ganas de ver el pleito más esperado de esta versión, entre el tricampeón del orbe Lázaro Álvarez y el vigente subcampeón mundial Erislandy Álvarez, pero el Príncipe tuvo problemas de salud y, pese a estar en la sede para forzar su presencia hasta última hora, no pudo calzarse los guantes.
Aquí el colectivo de entrenadores tendrá que buscar la fórmula para decidir quién irá al primer preolímpico, previsto del 4 al 11 de marzo en Italia.
Por último, merece todo el reconocimiento del mundo el esfuerzo de Sancti Spíritus por organizar la lid de manera emergente, más aún porque no se trataba de una cualquiera, sino de la que marcaba las seis décadas de vida de estos torneos.
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