OPINIÓN: Lázaro Martínez, ¿por qué?
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Bastión es Lázaro Martínez en la tercera base de Mayabeque, ahora refuerzo de Las Avispas en la llamada Liga Élite. Escogieron bien: tiene condiciones para ofrecer un buen apoyo. A la ofensiva no se rezaga. Es mucho más: entrega, pasión. Da gusto verlo jugar, excepto cuando el apasionamiento lo invade y lo convierte en exceso.
Se le ha visto caer en esa debilidad no pocas veces. En el más cercano gran clásico de nuestro beisbol, Santiago de Cuba- Industriales, le pasó. Protestó demasiado. No siempre en buena forma. Lo expulsaron en dos ocasiones con el consiguiente perjuicio para su seleccionado al privarle de su presencia en lo que restaba del encuentro y agregarle su ausencia en el próximo.
Ha dañado al torneo y a él mismo. De nuevo no ha sabido poner freno a su agresividad. ¿Por qué sus directivos, sus entrenadores y los propios compañeros de los conjuntos en que ha militado no han intentado cambiar esa situación? Si lo hicieron, les faltó potencia.
Hay que auxiliarlo en el empeño de vencer esa falla, con afecto y comprensión, pero con firmeza. En cambio en varias oportunidades lo han felicitado por ese comportamiento.
En la más reciente hubo cierto apoyo a su acción con esa salida hasta mucho más airada de varios miembros del equipo indómito, luego de su segunda expulsión en esta subserie. Su chispa trajo nuevas protestas y expulsiones. Podía haber desencadenado algo peor incluso.
Opino igual que los comentaristas que narraban para la TV: el árbitro se había equivocado en esta decisión. Mas ¿acaso si un pelotero corre mal las bases, le hace suin a un lanzamiento malísimo o se deja cantar el tercer strike con las bases llenas y trae el fin de una entrada promisoria, se le debe escandalizar y ser agresivo con él ?
¿Quién no se equivoca? La pasión hay que saber canalizarla en la pelota al fildear, al batear, al jugar y de un derrumbe hay que saber levantarse con bríos mayores y seguir adelante.
Precisamente, Lázaro cometió un error en un tiro a primera en ese mismo partido. No podemos confundir el coraje con la guapería, la cubanía con el cubaneo. Eso nos ocurre a menudo y no solo en el ámbito beisbolero.
Si Lázaro es capaz de vencer esos arranques, será un atleta mucho mejor aún.
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Ramón Rodríguez Díaz
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