La Universidad de las Ciencias Informáticas, 21 años de historia
especiales
Puede no ser mucho tiempo todavía de acuerdo con los lapsos de la historia, pero a 21 años de su nacimiento la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) sigue ratificando la relevancia de su fundación en un país que luchaba a brazo partido por desarrollar la ciencia y la tecnología, cuando todavía rebasaba una severa crisis económica y social.
Transcurría septiembre del 2002 y el Líder de la Revolución, Fidel Castro, ideaba los meridianos de lo que llamó la Batalla de Ideas junto a los esfuerzos por sostener día a día la vida de un pueblo, sacudido por la pérdida de su principal mercado tras la debacle de la URSS y el campo socialista.
Se habían vivido años de esfuerzo ingente y era preciso continuar reforzando el sostenimiento de nuestro modelo económico, sus conquistas esenciales y el sistema político, que recibían embates de todo tipo, incluidos recrudecidos planes injerencistas del enemigo.
Fidel Castro estaba muy claro al retomar un viejo sueño y un principio esencial de su accionar.
Hoy día, además de un fruto de la victoriosa Batalla de Ideas, el surgimiento de la UCI es considerado como suceso coherente con la obra fundadora e incluso emancipadora de la Revolución y de su dirigente máximo.
Ciertamente, por aquellos tiempos cabría pensar que Cuba no podría lanzar una propuesta como la de esa Universidad, debido a que maniobraba por salir, y lo conseguía lentamente, de la crisis económica a la que echaba leña el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por el Tío Sam junto a acciones políticas agresivas y continuas, entre ellas la Ley Helms-Burton.
El propio Comandante en Jefe había definido muy tempranamente la importancia que debían tener la ciencia y la técnica en la vida de la sociedad cubana, poco después de haber conseguido el triunfo de la colosal Campaña de Alfabetización y de la Aprobación de la Ley Nacional de la Enseñanza, a principios de los años 60.
Incluir los avances en esos campos siempre formó parte de sus concepciones para el desarrollo integral de los seres humanos, y se había mostrado consecuente al respecto.
De modo que la Batalla de Ideas y las concepciones más integrales de un gran estadista convergieron de manera feliz, cuando el plantel abrió sus puertas el 23 de septiembre de 2002.
Muchos consideran, desde sus sentimientos, que el importante centro fue fundado a partir del 12 de diciembre de ese año, cuando Fidel lo visitó por primera vez.
Tras 106 días de remodelación, dos mil ocho estudiantes de toda Cuba comenzaron las clases en la flamante UCI.
El plantel se instaló en un viejo conjunto arquitectónico, que había cumplido diversos usos, el primero como reformatorio de niños y adolescentes con conducta delincuencial durante el capitalismo (el tristemente famoso Asilo de Torrens).
Ubicado en el municipio habanero de La Lisa, luego funcionó allí un centro radioelectrónico. Hoy se dice que el Parque Científico - Tecnológico de la capital está enclavado en la UCI.
La institución ha graduado a más de 16 mil estudiantes, y promete seguir avanzando como todos los centros educacionales de la enseñanza superior y general del país que debieron afrontar más recientemente los ajustes y retrasos en sus programas, debido a la embestida de la COVID-19.
Pero tanto sus directivos, claustro profesoral y alumnos sienten el orgullo de verla erguida como ciudad tecnológica de avanzada, con sus más de 160 edificios emplazados en 268 hectáreas.
Ellos sienten la voluntad de mantenerse en punta y además de querer contribuir a la actualización y modernización del universo digital de la sociedad cubana en su conjunto y no de sectores de élite, aunque desde luego existen campos y especialidades.
Formar profesionales integrales de manera ininterrumpida, que lleven la necesaria sapiencia de las ciencias informáticas tanto a ciclos productivos, como de comercializaciónes fundamental para lograr los objetivos, desafiando las dificultades.
Entre las carreras disponibles están la Ingeniería en Ciencias Informáticas, certificada por la Junta de Acreditación Nacional, Ingeniería en Bioinformática, Ingeniería en Bioseguridad y programa de ciclo corto en Administración de Redes y Seguridad Informática.
Con la entrega de los títulos de las carreras no terminan los servicios de la UCI, pues también ofrece cursos para la formación académica y superación profesional, como maestrías y otras especialidades de posgrado, de los cuales se han beneficiado cientos de diplomados.
La entidad tiene una labor loable aportando soluciones informáticas. En dos décadas han creado programas con tal fin que beneficiaron a más de 200 instituciones y organismos de Cuba.
Son realidades que hacen a sus profesionales sentir el orgullo del deber cumplido con la sociedad y el proceso de informatización nacional.
Han estado enfrascados en hacer aportes significativos al municipio La Lisa, con el objetivo de hacerlo más “inteligente” de acuerdo con los conceptos del lenguaje tecnológico y dotarlo de herramientas que lo hagan mejorar sus posibilidades de desarrollo social y tecnológico, tarea difícil, pero no imposible.
Con mucho por alcanzar en un mundo dominado por poderosas transnacionales que ensanchan a la velocidad de la luz los abismos que separan a los pobres y excluidos de los ricos, cualquier enfoque superficial no vería los logros de la UCI cubana en ese campo.
Pero se equivocaría quien así piense: el tesoro de los conocimientos por la institución sembrados y su huella útil dentro de la sociedad, son reales y los justos los saben valorar. Enhorabuena, pues, en otro año más para tan aportador colectivo.
Añadir nuevo comentario