La mirada: El más perfecto modo de decirlo todo

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La mirada: El más perfecto modo de decirlo todo
Fecha de publicación: 
27 Septiembre 2023
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Imagen principal: 

Foto: tomada de uriach.com

¿Tu mirada? Tu mirada
es el más perfecto modo
de decirlo todo, todo,
aunque no hayas dicho nada.

Renael González Batista

 

Son incontables los poetas, músicos, pintores y artistas en general que se han inspirado en la mirada humana para sus más hermosas creaciones.

Y es que la mirada, en particular el mirar a los ojos del otro, resulta una de las habilidades más importantes en la comunicación interpersonal.

 


Foto: okdiario.com

 

Los habitantes de esta Isla bien lo saben y lo practican. No por gusto abundan los comentarios de visitantes de otras latitudes sobre la forma de mirar de los cubanos, porque lo hacen, usualmente, recto a los ojos y sin desviar la vista. 

Incluso, a los que no son de esta tierra, llama particularmente la atención que también las cubanas sigan esa costumbre, que en determinadas culturas no es habitual, ya que se sugiere a la mujer bajar la vista como indicativo de pudor y recato. Incluso, en ciertas latitudes hasta se les obliga a ocultar esa mirada tras velos y otras barreras.

 


Foto: captura de pantalla del video clip Mulata Linda
 

La relación entre el mirarse a los ojos durante la comunicación interpersonal y la idiosincrasia de los pueblos es tema complejo y diverso, depende de factores culturales, históricos y sociales. En algunas culturas, el contacto visual es señal de respeto y honestidad, mientras que en otras puede ser considerado una falta de respeto y hasta una amenaza, al punto de ser interpretado como invasión del espacio personal.

Sin embargo, el mirar a los ojos del hablante entraña muchas fortalezas en el proceso comunicativo porque transmite confianza, interés y empatía, a la vez que permite captar las señales no verbales que complementan el mensaje oral.

Es lamentable que en la actualidad,  el uso de celulares y otras tecnologías digitales ande afectando la calidad de la comunicación interpersonal, entre otras cosas porque, además de distraer la atención, reduce y a veces hasta anula el contacto visual. 

Ese lenguaje misterioso 

En el lenguaje misterioso de tus ojos
hay un tema que destaca:
sensibilidad.

Longina, de Manuel Corona

La mirada es una herramienta que nuestro cuerpo utiliza como receptor y transmisor de emociones. En la comunicación tiene un poder relevante porque, inconscientemente, estamos evaluando cada gesto, expresión y detalle de nuestro interlocutor. 

Transmite  diversos mensajes sin necesidad de palabras. Puede expresar interés, deseo, sorpresa, enfado, tristeza, alegría, miedo y muchas otras emociones. Además, puede revelar aspectos de la personalidad como sinceridad, inteligencia, seguridad o timidez.

Ocurre que el contacto visual directo favorece la escucha activa, aumenta la confianza y crea relaciones sociales más saludables. Mirar a los ojos durante una conversación es una forma de reafirmar la atención y también establecer turnos de palabra o iniciar una comunicación, sobre todo con un desconocido.

Además, la mirada activa -lo que se conoce como cerebro social, es decir, las regiones cerebrales especializadas  en detectar expresiones faciales y la dirección de la mirada del interlocutor, resulta clave para reconocer a las personas que nos son familiares y para aproximarse a cómo la otra persona percibe el mundo.

 


Foto: tomada de uriach.com

 

No sólo habla del otro, sino también la mirada tiene cosas por decir sobre nosotros mismos revelando atisbos de la personalidad.  Algunos aseguran que, por ejemplo, quienes miran más fijamente a los ojos son percibidos como más dominantes, seguros y sociables, mientras aquellos que evitan el contacto visual son percibidas como más sumisas, tímidas e inseguras. 

Asimismo, se ha observado que las personas que muestran una mirada más amplia y abierta son más propensas a ser creativas y curiosas, mientras que aquellas con una mirada más estrecha y cerrada tienden a proyectarse como más analíticas y racionales.

Ojo con los ojos

Los ojos son órganos muy sensibles que pueden reflejar el estado de salud de una persona, tanto física como mentalmente. Algunas de las señales que pueden indicar problemas de salud son:

- Esclerótica enrojecida: es el color rojo que aparece en la parte blanca del ojo, debido a la rotura de los vasos sanguíneos. Puede ser provocado por alergias, infecciones, fatiga, estrés o presión arterial alta. Si el enrojecimiento es persistente o se acompaña de dolor, visión borrosa o secreción, puede indicar una inflamación grave del ojo, llamada uveítis.

 


Foto: tomada deoftavision.com.mx

- Ojos amarillos: es el color amarillento que se observa en la esclerótica, causado por un exceso de bilirrubina en la sangre. Si el hígado no puede eliminarla adecuadamente, se acumula y tiñe los tejidos corporales. Los ojos amarillos pueden ser un síntoma de enfermedades hepáticas, como hepatitis o cirrosis.

- Tamaño de la pupila: la pupila es la abertura circular en el centro del iris, que se contrae o dilata según la cantidad de luz recibida. El tamaño de la pupila puede variar por factores emocionales, como el interés, la sorpresa o el miedo. Sin embargo, si las pupilas son muy grandes o muy pequeñas, o si no reaccionan a la luz, podría ser un signo de problemas neurológicos, como traumatismos craneales, tumores cerebrales, derrames cerebrales o intoxicaciones.

- Anillo alrededor de la córnea: es un círculo grisáceo o blanquecino que se forma alrededor del iris, debido a la acumulación de colesterol o triglicéridos en las capas externas de la córnea. Es más frecuente en personas mayores de 40 años y puede estar asociado a enfermedades cardiovasculares, diabetes o hipotiroidismo.

- Ojos saltones: es el aspecto abultado y prominente de los ojos, que hace que parezcan más grandes y expuestos. Puede deberse a una alteración del músculo ocular, del tejido graso o del líquido detrás del globo ocular. Una de las causas más comunes es el hipertiroidismo.

La vida en colores

Un ojo humano sano tiene tres tipos de conos (las células fotosensibles situadas en la retina) y cada uno de ellos puede registrar cerca de 100 tonalidades. Por ello, la mayoría de los investigadores sostiene que podemos distinguir alrededor de un millón de colores.

 


Las células fotosensibles situadas en la retina. Foto: tomada Facebook

Pero, "Lo que puede ser posible para un persona es sólo una fracción de los colores que ve otra", explica Kimberley Jameson, profesor asociado de la Universidad de California, en Estados Unidos.

Ver los colores es una experiencia perceptiva privada y, por lo tanto, subjetiva, igual que la percepción del dolor. 

Es así porque está determinada por el procesamiento neuronal en todas las etapas del sistema visual y este depende de los conos, entre otras variables. Quienes padecen daltonismo o dicromatismo tienen solo dos conos y ven aproximadamente 10.000 colores.

 


Foto: tomada de rpp.pe

Otro dato bien interesante sobre la visión humana es que no hay un límite de cuán pequeño o qué lejos debe estar un objeto para que pueda ser visto.

Siempre y cuando ese objeto –sea del tamaño que sea o esté a la distancia que esté- transfiera un fotón a una célula de la retina, lo podremos ver. Claro, ello estará en dependencia de la llamada agudeza visual, que  es la habilidad para discernir detalles como un punto o una línea sin que ambos se junten.

Los límites para la agudeza visual –que podría interpretarse como el número de pixeles que podemos percibir- radican, entre otros, en el espacio entre los conos y los bastones en la retina.

Mientras los conos se encargan de los colores, los bastones –que son el otro tipo de células fotorreceptoras que tienen los ojos- se ocupan de la visión en condiciones de baja luminosidad.

Algunos de los más recientes descubrimientos científicos relacionados con los ojos humanos apuntan a que los ojos pueden cambiar de color según el estado de ánimo, el clima o la edad. También se ha demostrado que los ojos pueden reflejar el nivel de estrés o el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

 Además, se ha comprobado que los ojos pueden emitir una luz tenue en condiciones de oscuridad absoluta, fenómeno conocido como bioluminiscencia ocular.

La mirada hecha arte

Aquellos ojos verdes
De mirada serena
Dejaron en mi alma
Eterna sed de amar

Adolfo Utrera y Nilo Menéndez

Si los humanos hubiéramos tenidos los ojos al costado de la cabeza, como las aves, los peces y otros animales, quizás nuestros ojos no hubieran sido una fuente de inspiración tan relevante para los artistas… aunque, claro, ellos también los tendrían igual.


Foto: tomada de vidanimal.org.ar

Y en caso de ser así, hubiera sido un gran problema porque la ubicación de los ojos en el rostro humano es la que permite percibir la profundidad, a diferencia de los animales que sí pueden tener una mayor visión panorámica en caso de tener los ojos a ambos lados de la cabeza.

El neurobiólogo Mark Changizi apunta  que tener los ojos al frente de la cabeza facilitó a nuestros antepasados la manera de cazar porque les aportaba la capacidad de ver a través de la maleza en la selva tupida.

Y esos ojos humanos que tanto han visto desde aquellas cacerías de mamuts, han sido fuente de inspiración para innumerables artistas en todos los tiempos y latitudes. 

 


Foto: El Espejo falso, Rene Magrite, óleo sobre lienzo  (1928)

Ha sido y es así por la capacidad de transmitir emociones y sentimientos que tiene los ojos, a tal punto, que se les califica como espejo del alma. Además de esa peculiaridad;  en sí mismos, los órganos de la visión son hermosos por sus colores y brillos.

 


La artista Marina Abramovic protagonizó en 2010, en el MoMa, un performance consistente en mirarse a los ojos. Foto: tomada de srtamoneypenny.blogspot.com

De pocos ojos se ha hablado, escrito e investigado tanto como de los ojos de La Gioconda, inmortalizados por Leonardo da Vinci junto a su enigmática sonrisa. Los ojos de la maja, de Francisco de Goya, con su intensa expresión de amor y desafío o los de la actriz Elizabeth Taylor con sus hipnóticos tonos violeta igual han quedado para la eternidad desde el lienzo o el celuloide –ahora transmutado a píxeles.

Hasta como símbolos se han eternizado los ojos. Ahí está el famoso Ojo de Horus o Udyat, ícono egipcio, usualmente homologado con el ojo de Ra, en honor al dios del Sol y el origen de la vida. Y  para alejar el mal de ojo quedan los conocidos Ojitos de Santa Lucía, que junto a un azabache o similar no han dejado de usarse en Cuba, sobre todo prendidos a la ropa de los bebés.


Los Ojitos de Santa Lucía. Foto: tomada de ashedeorula.com


Amuleto afrocubano contra el mal de ojo y la envidia. Foto: tomada de Cubadebate (archivo)


Este es el llamado Ojo de la Providencia, asociado, entre otros, a la masonería y contenido en el dólar estadounidense. Imagen: Getty Images

Sobre los ojos y la mirada humana queda por escribir y crear quién sabe cuánto. No por gusto se han instituido numerosos Días Mundiales relacionados con el tema: el de la Visión, instituido por la ONU cada segundo jueves de octubre; el del Glaucoma (12 de marzo), de la Retinosis Pigmentaria (24 de septiembre), de la Ambliopía (15 de octubre), y también el Día de Concienciación sobre el Daltonismo (6 de septiembre).

Y entre lo tanto ya dicho sobre este asunto, vale recordar a modo de cierre y para a la vez dejar abierta la puerta a la reflexión,  aquella sabia sentencia contenida en un poema del español Antonio Machado:

 

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