La furia del voly cubano en el mundial de clubes y otras apreciaciones (+Videos)
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Balón que sube X, balón que baja ¡Miguel Ángel López! Una imagen que se repitió una y otra vez en la final del Mundial de Clubes de voleibol, con el llamado cubano volador cargando de sus portentosas manos y capacidad de salto inusitada.
Esquivando rivales por los ángulos para descargar sus morteros vestidos de remate, taladrando la defensa contraria con su servicio y por si eso no bastara defendiendo el mondo-flex cual legionario en la primera trinchera de combate.
Sus rendimientos le merecieron erigirse como el Jugador Más Valioso del certamen, y en la final cargó del Sada Cruzeiro, de Brasil, para que obtuviera su cuarto título en este tipo de competiciones luego de imponerse 3-0 al monarca defensor y su victimario de hace dos años, Lube Civitanova de Italia con tanteadores de 25-17, 25-22 y 25-23.
Performance en el cual López, de 1.90 metros de estatura, anotó ante más de 5.000 aficionados que colmaron el pabellón de la ciudad de Betim 12 puntos, producto de una decena de mortíferos remates y dos aces con su potente servicio. Ahora el Sada incorporó el cetro de 2021 a ños anteriores de 2013, 2015 y 2016; para colocarse al acecho del elenco italiano Trentino Itas, dueño de cinco vellocinos (2009, 2010, 2011, 2012 y 2018), y bronce en esta versión al doblegar al local Funvic por triple 25-18.
Tras la victoria López, de 24 años, expresó a la página web de la Federación Internacional que “no tengo palabras para describir nuestra actuación de esta noche, es un día muy importante en la historia de nuestro club. Fuimos fuertes desde el primero hasta el último punto del torneo y estoy muy orgulloso de cada uno de nosotros”.
“Cuando llegué aquí por primera vez, dije que quería ganar tantos títulos como fuera posible aquí y esta victoria es una gran parte de ello. Para mí, todo nuestro equipo es el Jugador Más Valioso. Todos hicieron su trabajo muy bien y estoy orgulloso de mi equipo. Mi servicio no funcionó bien en el partido inaugural y mis compañeros me dieron toda la confianza que necesitaba para seguir adelante”, detalló.
El rendimiento de López fue secundado por el curtido auriverde y opuesto, Wallace de Souza, autor de nueve unidades, mientras que el también auxiliar Rodrigo Leao añadió 8.
Net por medio justamente el también antillano Marlon Yant rindió para 11 rayas, todas en ataque, y el extraclase central Robertlandy Simón contribuyó con 7, en un duelo en el cual la Lube fue mejor en ataque (36-32) y servicio (6-3), pero el Sada mostró contundencia en bloqueo (6-1), y exhibieron menos errores no forzados (19-34). Por la Lube, en una final con puro sabor a son, también vio la cancha Osmany Juantorena, uno de los mejores voleibolistas del mundo en la última década.
Tanto López, como Simón, fueron incluidos en el equipo ideal de la competición:
Jugador Más Valioso: Miguel Ángel López (Sada Cruzeiro); Mejor Pasador: Fernando ‘Cachopa’ Kreling (Sada Cruzeiro), Mejor opuesto: Wallace de Souza (Sada Cruzeiro), Mejores atacadores externos: Miguel Ángel López (Sada Cruzeiro) y Alessandro Michieletto (Trentino Itas), Mejores centrales: Otavio Pinto (Sada Cruzeiro) y Robertlandy Simón (Cucine Lube Civitanova), y Mejor Líbero: Fabio Balaso (Cucine Lube Civitanova).
Mirada, más allá de López y rendimientos individuales
La esperanza regresa a los rostros de millones de fanáticos del voleibol cubano, entre los que me incluyo. Y no es por el mero hecho de que nuestros voleibolistas hayan patentado rendimientos notorios en el Mundial de Clubes como consecuencia de estabilidad en sus respectivos crecimientos individuales, madurez y maestría deportiva en varios casos.
Lo digo pensando en los posibles escenarios de confrontación futuros de nuestra escuadra élite varonil, que se quedó a las puertas de asistir a los Juegos olímpicos de Tokio, al ser desplazada en el área Norceca por los agraciados combinados de Estados Unidos y Canadá.
Un área regional en la cual ha habido un crecimiento considerable de otras selecciones como Puerto Rico, y méxico en menor escala.
Una mirada a los rankings de nuestra confederación arroja que precisamente estadounidenses (358) y canadienses (258), regentean, con los antillanos en la tercera plaza (208) y aztecas (177), y boricuas (168) cderrando el quinteto de vanguardia.
A esa ubicación se añade la posición 13 para nuestra selección de mayores en el escalafón universal (210), el cual encabezan Brasil (399), Polonia (384), Rusia (352), Francia (341), e Italia (312).
Naciones todas con fuertes ligas en sus territorios y la posibilidad derivada de esto de desarrollar un número mayor de jugadores en el ámbito doméstico.
En contraposición, la Liga o campeonato Nacional cubano tiene un techo cualitativo muy limitado, por lo que la posibilidad de contratar a un grupo de talentosos jugadores en diferentes torneos ligueros de prestigio ha venido a convertirse en un bálsamo para enfrentar las limitantes de crecimiento patentadas en casa, donde el “laboratorio” de la Escuela Nacional y en algunos casos la labor de las academias provinciales, constituyen la principal fuente en la que se esculpen y moldean nuestros voleibolistas.
Cuba los sigue dando a “borbotones”, superan el centenar con holgura los que han decidido probar su suerte en otros contextos y vestir la casaca de otras selecciones bajo el creciente fenómeno de nacionalización.
Sin embargo, la actual camada que integran López, Yant, Simón, Roamy Alonso, Osniel Mergarejo, Miguel David Gutiérrez, Jesús Herrera… y compañía, bien pudieran devolvernos a nuestros años felices.
Ciertamente no solo con sus respectivos despegues y evolución en el orden individual bastará para reinsertarnos en una élite muyyyyy rocosa y en la cual el último recuerdo de haber pertenecido con solidez data del subtítulo del orbe en 2010, con otra generación súper talentosa a la que pertenecían entre otros los propios Simón, Juantorena, Wilfredo León y Yoandy Leal, por solo mencionar a algunos.
Se trata de perfeccionar todos los indicadores de juego, elevar las dinámicas de team work, reducir el margen de error, y algo esencial, elevar los índices defensivos, ya sea en la net, o en el campo, este último el cual tradicionalmente ha sido uno de los puntos débiles de nuestros elencos nacionales.
Y materializar eso pasa por mucho más que descollar a nivel de representativos ligueros. El entendimiento entre las piezas es determinante, como también lo será atemperarnos a los parámetros contemporáneos en materia de juego y rendimiento.
Trabajo por hacer hay mucho. Talento otro tanto. Toca confiar en que técnicos y jugadores sabrán empastar esas y cada una de las restantes variables en función de un resurgir del voly cubano, para que París 2024 y las restantes competiciones de mayor calidad a nivel universal, no se nos escapen más, ya sea tanto en participación, como en materia de posibles actuaciones decorosas.
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Zarza
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