Hitler tenía genitales no desarrollados, según una prueba de ADN
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Adolf Hitler sufría de una enfermedad genética que muy probablemente obstaculizó el desarrollo de sus órganos sexuales según los delirantes dictados de la eugenesia nazi, esto lo habría situado en una de las categorías de personas destinadas a las cámaras de gas.
Así lo revela un estudio del ADN del dictador alemán que abordó sistemáticamente la serie de rumores que circularon durante décadas sobre el Führer, comenzando por aquellos relacionados con malformaciones genitales.
A llevarlo a cabo la genetista británica de renombre internacional Turi King, de la Universidad de Bath, en Inglaterra, quien explicó su oscuro viaje a través de los secretos del líder nazi en el documental 'El ADN de Hitler: El plano de un dictador', que se emitió el sábado en Channel 4.
De acuerdo con la investigación, Hitler sufría del síndrome de Kallmann, una afección rara que puede inhibir el desarrollo normal de la pubertad y afectar gravemente las relaciones sexuales.
En el pasado se había hablado varias veces de estos aspectos, pero el estudio dio así fundamento a teorías acerca del hecho de que el dictador tenía un solo testículo o un micropene.
El descubrimiento genético, no obstante, solo permite especular sobre el impacto físico real en Hitler.
Sin embargo, sí plantea una alta probabilidad de dificultades para iniciar relaciones sexuales, otro factor que se rumoreaba desde hace tiempo. "Esto ayudaría a explicar la inusual y casi total dedicación de Hitler a la política a lo largo de su vida, excluyendo cualquier ámbito privado", afirmó Alex J. Kaym, historiador de la Universidad de Potsdam especializado en la Alemania nazi, quien participó como asesor en el estudio También surgieron posibles predisposiciones a enfermedades mentales que el Führer pudo haber padecido, aunque no se llegaron a conclusiones definitivas, en particular con respecto a las hipótesis sobre la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Si bien se ha descartado la ascendencia judía del dictador responsable del Holocausto, otro aspecto que ha sido objeto de especulación y sospecha desde hace décadas —reavivado en medio de la controversia en 2022 por el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov—, basado en el misterio que rodea los orígenes del abuelo paterno de Hitler, que siempre han permanecido desconocidos.
La genetista King, también conocida por identificar los restos del rey medieval Ricardo III hallados en una excavación arqueológica en Leicester, especificó que si el Führer hubiera podido examinar su propio ADN, se habría escandalizado por las teorías de la eugenesia y la llamada higiene racial defendidas por el nazismo.
Uno de los aspectos más inusuales se refiere a la forma en que fue posible analizar una muestra del ADN de Hitler. El coronel Roswell Rosengren del Ejército estadounidense, uno de los agregados de prensa del general Eisenhower, logró recuperar un trozo de tela manchado de sangre del sofá donde el dictador nazi se había suicidado unos días antes, disparándose en la cabeza, durante una visita al Führerbunker en mayo de 1945, permitida por los soviéticos que habían ocupado Berlín.
Asimismo, toda la investigación sigue plagada de dudas, como destacó The Guardian, empezando por la muestra que contenía sangre de Hitler y su correspondencia con la sangre del dictador: el trozo de tela fue hallado décadas después en el Museo de Arte de Gettysburg. El periódico subraya: "Los investigadores no pudieron obtener una muestra de ADN fresca de ningún descendiente vivo de Hitler en Austria o Estados Unidos, quienes, comprensiblemente, se muestran reacios a la exposición mediática".












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