Historia de una mujer sin miedo

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Historia de una mujer sin miedo
Fecha de publicación: 
26 Octubre 2024
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Foto: tomada del Portal del ciudadano en Guantánamo

Son historias que no aparecen en titulares porque lo usual y pertinente es destacar esas heroicidades anónimas, que tan alto han brillado por estos días asociada a la tragedia que hoy vive Guantánamo.

Sin embargo, un breve comentario en Facebook permite encontrar la punta del hilo de una madeja que revela la conducta admirable de la Vice primera ministra del Gobierno de la República de Cuba, Inés María Chapman Waugh, cuando en San Antonio del Sur, se difundió la noticia falsa de una rotura en la cortina de la presa Pozo Azul.

En cuestión de minutos, reinó el pánico, el desconcierto, los pobladores subían desesperadamente a camiones intentando huir de lo que podía ser un cataclismo… y mientras todo el mundo corría alejándose de la presa, la Chapman Waugh con igual prisa, se alejó también del lugar,  pero en sentido contrario a la gente: fue rumbo a la presa.

Así lo contó a Lázaro Manuel Alonso un amigo suyo, quien fue testigo presencial del suceso y su testimonio fue replicado textualmente por Alonso en Facebook.

La veracidad de la anécdota la corrobora el video transmitido en directo por la propia Vice primera ministra inmediatamente después de que llegara a Pozo Azul y donde, bajo la lluvia, hizo saber a todos que la cortina de la presa no había sufrido y se trataba solo de una malvada mentira.   

Sin rebuscar mucho las palabras, movida por la urgencia, ella misma se grabó el video llamando a la tranquilidad, mostrando la realidad, desmintiendo e informando con la rapidez y el compromiso que los cubanos merecemos.

“Como ven, aquí estamos. Está lloviendo, una llovizna fina, y aquí está la presa que se las muestro. Ahí están los carneros, están pastando normalmente. Aquí están los compañeros de las FAR que nos acompañaron hasta acá arriba, está el presidente del Consejo Municipal, están los compañeros de Recursos Hidráulicos, el jefe de la presa, todo, hay tranquilidad”.

Con decir sereno y convincente explicó que no pasaba absolutamente nada con la presa, se trataba de una noticia falsa. Y su ceño se frunció al hacer “un llamado a las personas que no tienen sensibilidad humana, que no tienen sensibilidad de los momentos que estamos viviendo, momentos en que la población se encuentra unida, en fase de recuperación, y en lo cual vamos a seguir trabajando”.

Concluyó su tan oportuno y necesario mensaje invitando: “a toda la población, tranquilidad en San Antonio, a toda la población de Guantánamo y a toda la población de Cuba. Aquí estamos en la presa Pozo Azul (…) y no pasa absolutamente nada. Viva la Revolución cubana. Aquí estamos y seguiremos firmes para recuperarnos de toda la afectación del huracán Oscar. Patria o Muerte, ¡Venceremos!”

Sin maquillaje ni poses de oradora habló la Chapman, convencida de la trascendencia de su mensaje, sin miedo, con urgencia. Su responsabilidad le había impulsado a ir hacia el supuesto peligro,  y su conducta y mensaje no solo rescataron la tranquilidad sino dejaron, sin proponérselo, un grandísimo ejemplo de lo que pueden las mujeres cubanas, de lo que como dirigente entraña ser un servidor del pueblo.

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