Guerra de inteligencias ¿solo artificiales?

Google no ha dejado pasar mucho tiempo luego de que OPENAI presentara en noviembre último su novedad en inteligencia artificial (IA), el robot conversacional ChatGPT,  para anunciar Bard, su propuesta también de IA.

"Busca combinar la amplitud del conocimiento global con el poder, inteligencia y creatividad de nuestros grandes modelos de lenguaje", explicó el pasado lunes 6 el director general de la compañía, Sundar Pichai.

Y como si se tratara de una desesperada carrera, no de relevo sino de casi “empuja-empuja”, entonces el mismo lunes Microsoft lanzó una versión más cara de su programa de comunicación Teams, que cuenta con funciones de ChatGPT, como las de elaborar resúmenes de reuniones.

Meta (Facebook) parecía ir a la vanguardia cuando a mediados de noviembre presentó Galáctica, cuyas bondades parecían resaltar sobre todo en el campo de las ciencias.

Pero  luego de reiterados chascos durante sus primeros tres días, incluyendo respuestas francamente racistas,  se vieron precisados a retirar la novedad del mercado.

En el oriente del mundo también firmas chinas se mantienen dando lo mejor de sí en el ámbito de la IA con Baidu a la cabeza, que trabaja en su propuesta Ernie Bot, cuya fecha de presentación no ha precisado aún, pero seguramente anda cerca.

¡Y qué contentura hay entre los cibernautas! ¡Hasta un equipo de investigadores médicos examinaron a  ChatGPT para convertirse en médico en Estados Unidos, y casi aprueba!

Qué bien el acercar, condensar y filtrar cada vez más y mejor la información y el saber, lo mismo a profesionales e investigadores que a todos los que quieran, y puedan, acceder a esas posibilidades.

Pero quizás algunos “detalles” se están pasando por alto, o poco interesa ponerlos sobre la mesa: esta carrera casi desenfrenada entre las grandes corporaciones que están compitiendo por posicionar sus novedades en IA, es, además, una carrera comercial y también por el dominio sobre la información.

La intensión de estas líneas no es, ni mucho menos, estigmatizar esos aportes de avanzada, pero sí llamar la atención sobre una intencionalidad que siempre guiará los resultados ofrecidos al que pregunta. 

Porque los bots son solo herramientas, por sí mismos no eligen, solo responden a una programación hecha por humanos a quienes sí guían sus intereses, sus valores, credos políticos, éticos … Y competir ahora por ocupar los primeros peldaños en estas modalidades de la IA es también hacerlo por el poder.