Gracias, Drake

Cuando se es grande profesionalmente, y a la vez en cuanto a principios, la estatura de las personas alcanza límites insospechados.

Acabamos de tener un ejemplo brillante en el pelotero Yadir Drake, quien no dudó en tomar un avión en la primera oportunidad para vestir los colores de Matanzas en la final de la pelota cubana.

Él sabía que no podría estar en Cuba mucho tiempo, pero así y todo, se embarcó en la aventura para aportar al menos un grano de arena, y por eso debemos estarle agradecidos todos, hasta los aficionados de Granma, que son los actuales rivales de los yumurinos.

Drake no recibió la autorización del club Leones de Yucatán de la Liga Mexicana para quedarse más tiempo junto a sus Cocodrilos, pero el gesto, de por sí, no tiene precio.

Más aún cuando lo escuchamos decir que no tienen nada que agradecerle, que es él quien se siente en deuda con Matanzas porque fue donde se formó, y jamás dudará en dar el paso al frente, esté donde esté.

Cábala o no, lo cierto es que con él Matanzas tiene hasta ahora la única victoria en esta gran final, y seguro sería un rival más difícil para los actuales campeones con el jardinero-inicialista en sus filas.

Eso se llama compromiso, amor a la camiseta, entrega y valores, y tenemos que reconocerlo. No es algo que predomine mucho en el mundo, mucho menos en el ámbito del deporte profesional, donde cada cual vela por sus ingresos; perdón, quise decir intereses.

Es muy frecuente leer noticias en las que conocemos que las grandes figuras del deporte mundial, con algunas excepciones, anteponen su ego al bien colectivo, tanto dentro como fuera del campo.

Kylian Mbappé en la selección francesa fue el caso más reciente, para no ir muy lejos.

Por eso repito que hay que quitarse el sombrero ante Drake, que no tiene ninguna necesidad de quedar bien con nadie y está de vuelta de todo, pero vibra cuando salen al terreno los Cocodrilos y a duras penas puede contener los deseos de estar con ellos.

Lamentablemente, su compromiso actual no le permitió sumar más a la tropa de Armando Ferrer, de quien siempre ha hablado maravillas, dicho sea de paso, precisamente cuando los yumurinos necesitan de su experiencia y calidad ante tantas bajas sufridas a lo largo de la temporada.

Fue efímero su paso por esta postemporada, pero que no dude que ha dejado huella y solo nos queda decirle: ¡Gracias, Drake!