Entre logros y retos, la ciencia cubana apuesta por más cada día
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Foto: Tomada de la web.
Los profundos cambios en el sistema de salud a partir de 1959 manifestaron bien claro desde un inicio con acciones, cifras y logros, el compromiso real y la voluntad de un gobierno que se esforzaba, y contra fuertes mareas de hostilidad, por el bien sanitario, social y económico de todo un pueblo, y en especial, por el bienestar de sus infantes, el más preciado tesoro que ha privilegiado y defendido esta Revolución encabezada por el líder histórico, Fidel Castro Ruz.
En febrero de 1962 ya se avistaban los primeros éxitos de la medicina preventiva y epidemiológica cubana, con la primera de las campañas anuales de vacunación masiva, que permitió inmunizar de la poliomielitis a más de un 80 por ciento de la población infantil de entre un mes y 14 años de edad. No existe mérito mayor de esta Isla que convertirse en ese mismo año en el primer país en América Latina en ser declarado territorio libre de ese mal.
Con el Programa de Inmunización de Cuba las cifras dieron un vuelco, ya que las enfermedades transmisibles, y dentro de ellas las prevenibles por vacunas, constituían la principal causa de morbilidad y mortalidad en los más pequeños. Hoy, 15 de octubre, los hijos de esta patria rememoran y agradecen la labor de una Revolución y de sus profesionales por la garantía de una campaña que desde 1962 también protegió a miles de la difteria, tosferina y tétanos.
La medicina cubana, en la actualidad, sigue apostando por su soberanía y el alcance gratuito a toda su población. Incluso bajo un escenario epidemiológico complejo y una seria crisis económica afianzada por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, en esta nación no se ha dejado de atender a un solo paciente infectado por el SARS-CoV-2, y ninguno ha tenido que pagar ni un centavo por alguno de los cuidados, con los más novedosos y eficientes tratamientos concebidos en este mismo suelo.
Si bien, hasta la fecha, Cuba acumula más de 650 pacientes positivos a la COVID-19 en edades pediátricas, lo que se traduce hasta los 18 años de edad, las autoridades trabajan con esfuerzo y sin descanso por preservar la vida de cada uno de estos infantes. Y el resultado es palpable y notorio, puesto que ni un solo niño ha fallecido por la pandemia en territorio nacional.
Además, la comunidad científica cubana trabaja arduamente por contar antes de que finalice este 2020 con dos candidatos vacunales propios que nos inmunicen del nuevo coronavirus, un verdadero reto para los especialistas inmersos en esa tarea, y que, a su vez, es considerado por el presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, como “muy alentador, lo cual ratifica los aportes de la ciencia cubana al enfrentamiento de la COVID-19 en el país”.
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