El primer abrazo (Infografía)
especiales
Yuniol Kindelán, el guía de Omara Durand. Fotos: Play Off
Cuando se trata de éxitos deportivos, los primeros abrazos casi siempre son para los entrenadores, pero en el movimiento paralímpico no siempre es así, y en el caso que nos ocupa ahora, el destinatario es un colega que suda a la par del protagonista.
Claro que estoy pensando ahora mismo en Yuniol Kindelán, el guía de nuestra estelarísima Omara Durand, pero va de manera extensiva para todos los que desempeñan esta linda labor.
Como en el caso de Kindelán, la mayoría de los guías son atletas que no alcanzaron los rendimientos deseados en el deporte convencional, y a través de esta nueva modalidad pueden sentir lo que es saborear la adrenalina de una final mundial u olímpica.
Yuniol ha confesado que los títulos de la abanderada de la delegación cubana a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 los siente como suyos, y no le falta razón, pues es imprescindible su acompañamiento, sobre todo en esta pareja cuando compite de noche, pues se reduce notablemente la ya afectada visión de la cinco veces monarca paralímpica.
Todos los guías se entrenan a la par de sus compañeros, y por supuesto, mientras más calidad tengan, como es el caso de la santiaguera, más se le exige.
Por regla tienen que entrar a la meta ligeramente por detrás de su acompañante, pero no pueden perderle el paso nunca, y además de correr, darle ánimos y avisarle si tiene rivales cerca, etc.
Recuerdo que en esto de estimular a Omara ya Yuniol no es tan efusivo como antes, pero seguro esto obedece a que la nuestra compite prácticamente consigo misma y ya tiene la experiencia suficiente como para saber al dedillo lo que tiene que hacer sobre la pista.
No obstante, sigue siendo vital su aporte, y por eso nada mejor que recibir ese primer apretón cuando crucen la meta en Tokio, en cualquiera de las pruebas en las que tomarán parte.
Sirva este pequeño homenaje no solo para reconocerlo a él, sino por extensión a todos los que desempeñan este rol en Cuba y el resto del mundo, y que merecen con creces ese primer abrazo.
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