El judo marca regreso internacional del deporte cubano
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Foto: Tomada del periódico Trabajadores.
Más allá de las incursiones de manera virtual en lides de ajedrez, pesas, taekwondo y otras disciplinas, los deportistas cubanos llevaban meses sin poder competir internacionalmente como consecuencia de la pandemia.
Tocó el turno al judo de marcar el regreso a competencias foráneas, y la vuelta a la palestra ha sido muy halagüeña en el Campeonato Panamericano, celebrado este fin de semana en la ciudad mexicana de Guadalajara.
Medallas de oro para Iván Silva, en la división de 90 kilogramos, y Andy Granda (más de 100 kg), sobresalieron en el desempeño general, que incluyó la plata de Osniel Solís (66 kg) y el equipo mixto, y los bronces de Orlando Polanco (66 kg), Nahomis Acosta (52 kg) y Arnaes Odelín (57 kg), estos últimos figuras noveles en la escuadra caribeña.
En el caso de Silva, su actuación reviste gran importancia porque había perdido terreno en el ranking mundial, primer aspecto a tomar en cuenta para lograr la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio, y posteriormente una buena ubicación en el organigrama. Además, para coronarse debió imponerse al brasileño Rafael Macedo, un rival nada fácil.
Pero si de rivales complicados se trata, el de Granda lo era mucho más, pues el también auriverde Rafael Silva exhibe un impresionante palmarés, que incluye par de bronces olímpicos y una plata mundial. Además, el matancero superó por Ippon en semifinales a otro laureado del gigante sudamericano, David Moura, subtitular mundial de 2017. Toda una proeza, y una alentadora señal de cara a la venidera justa bajo los cinco aros.
En la competición colectiva, los nuestros cedieron 3-4 ante Brasil, pero vale señalar que regalaron un punto, porque no presentaron judoca en la división de más de 70 kilogramos para damas.
Aquí la estrategia de los entrenadores había sido no llevar a las estelares, que se mantienen preparándose por acá, pero mantienen sus aspiraciones de competir en suelo nipón.
Es sin dudas un resultado alentador, que compensa de cierta manera estos meses de encierro y manda una buena señal al resto de nuestros potenciales olímpicos en el resto de los deportes, de que no están perdiendo el tiempo.
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