EDITORIAL: Dos pueblos hermanados por la historia y la solidaridad

Las relaciones entre Cuba y Vietnam han sido una muestra ejemplar de hermandad y solidaridad entre naciones que comparten no solo una visión política, sino también una profunda conexión histórica y cultural.

Este vínculo ha sido incondicional a lo largo de los años, fortaleciéndose en momentos cruciales para ambos países. Es una relación forjada en la resistencia, el sacrificio y la esperanza de construir un futuro mejor para sus pueblos.

Uno de los primeros referentes que refleja esta conexión es el del Héroe Nacional cubano José Martí, quien en La Edad de Oro expresó su respeto y admiración por el pueblo de los anamitas.

Martí, defensor de la dignidad humana, destacaba la laboriosidad de este pueblo y su espíritu de lucha, anticipando una afinidad que décadas más tarde se convertiría en un fuerte lazo político y social.

Curiosamente, Ho Chi Minh, el líder histórico de la independencia vietnamita, nació el 19 de mayo, fecha que también marca la muerte en combate de Martí, lo cual simboliza una profunda coincidencia en la historia de ambas naciones.

Fidel Castro, uno de los principales defensores de la causa vietnamita, fue un pilar en la consolidación de estos lazos. Su apoyo incondicional  durante la lucha contra la agresión imperialista es recordado con gratitud por los vietnamitas. Fidel expresó el pleno respaldo de Cuba, no solo con palabras, sino con acciones concretas, demostrando que la solidaridad internacional es una piedra angular de la política exterior cubana.

Este apoyo marcó un antes y un después en las relaciones bilaterales, elevándolas a un nivel de compromiso mutuo excepcional.

La visita de Estado del presidente vietnamita To Lam a Cuba es una clara señal de la continuidad de estos nexos. Ambos países, aunque geográficamente distantes, comparten una historia común de lucha y un compromiso con la defensa del socialismo. La cooperación en diversos ámbitos reafirma la solidez de los lazos entre La Habana y Hanoi.

Los vínculos entre Cuba y Vietnam son mucho más que una voluntad diplomática; son una expresión de solidaridad inquebrantable. A lo largo de los años, se han consolidado sobre una base de respeto, apoyo mutuo y una visión compartida de justicia social, y hoy continúan siendo un ejemplo de verdadera hermandad entre naciones.