Día de los muertos en México, tradición contra el olvido
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México amanece hoy especialmente florecida, como cada 2 de noviembre: Día de los muertos, cuando, según ancestrales tradiciones prehispánicas, el alma de los difuntos regresa junto a sus seres queridos.
Y para alumbrar su vuelta momentánea a casa no faltan las flores de cempasúchil, cuyo color amarillo brillante las convierte, según la creencia, en pequeños soles que, junto a las velas, les sirven de guía en el camino.
Foto: Cristopher Rogel Blanquet/Getty Images
Ocurre que en los orígenes de esa cultura, cuando alguien moría sus familiares organizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido al Mictlán - lugar adonde van las almas, refiere la leyenda- y también depositaban a su lado los alimentos que más apreciaba en vida, por si sentía hambre en el trayecto.
Foto: tomada de kayak.com.mx
Es así que también en este día igual se colocan en altares familiares los alimentos que prefería el fallecido, así como papel picado, calaveritas de azúcar y otras ofrendas en las que se incluye el consabido petate –alfombrita tejida- para que descanse si así lo necesita.
La muerte no representa una ausencia en esta celebración, que se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre, precisa el sitio web del gobierno mexicano https://www.gob.mx/inafed/articulos/dia-de-muertos-tradicion-mexicana-qu... . En simbiosis con la religión católica llegada con los colonizadores españoles, el día primero, que es el de Todos los Santos en el calendario católico, lo dedican a los “muertos chiquitos” o niños, y el día 2, el de Los Fieles Difuntos, queda para horrar a los adultos ya idos.
Mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (detalle), de Diego Rivera, quien dio el nombre de Catrina a la calavera pintada por José Guadalupe Posada, síntesis de la concepción de la muerte en los mexicanos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2008 declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad esa celebración que tanto tiene de tradición, de poesía, y que es, en definitiva, contra el olvido de las raíces.
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