Deporte cubano, golpes y respuestas

Muy golpeado fue el deporte cubano en 2023 por dos fenómenos que se entrelazan, la crisis económica y la fuga de talentos.

La primera impidió que muchas disciplinas celebraran inclusos sus campeonatos nacionales (mucho menos pensar en eventos internacionales), y ese impacto negativo influyó en la pérdida de deportistas, que superó el centenar en los últimos 12 meses.

Pese a todo ello, la mayor de las Antillas cumplió sus objetivos competitivos en los dos eventos fundamentales del atípico año: los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador como en los Panamericanos de Santiago de Chile.

Sin los lugares de preponderancia que llegamos a tener en ambas lides, el deporte cubano firmó actuaciones acordes con su actual nivel y con el estado de forma de los rivales, incluso con nota destacada en la justa chilena, donde se sobrecumplieron las expectativas.

De manera particular sobresalió la lucha cubana, el deporte que más títulos y alegrías dio a Cuba en estos últimos 12 meses, y a todos los niveles.

Los títulos mundiales de los grequistas Luis Orta (67 kilogramos) y Gabriel Rosillo (97), además del bronce Oscar Pino (130) en la lid planetaria organizada por Belgrado fueron lo más sobresaliente, pero además en las dos lides multideportivas se alcanzaron preseas en todas las divisiones de las tres modalidades.

En suelo salvadoreño nuestros luchadores estuvieron cerca de la barrida, al cosechar 15 oros y tres bronces, y en el chileno también encabezaron el medallero del deporte, con ocho trofeos dorados, cinco de plata y tres terceros lugares.

También tuvo un buen año el judo, que si bien no sumó preseas en el Mundial, fue muy importante tanto en San Salvador como en Santiago de Chile.

Nueve títulos, tres subtítulos y dos terceros puestos fue el aporte en la lid regional, y seis de oro y un bronce en la continental, marcada por deserciones ocurridas apenas unos días antes del evento.

Como evento multideportivo estuvieron también los Juegos de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que logró rescatar Venezuela luego de varios años sin celebrarse, y donde una joven delegación tuvo actuaciones dignas.

Además, en la campaña varios deportistas aseguraron su clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024.

En total Cuba posee ya seguros 20 cupos para la cita francesa bajo los cinco aros, y se aspira a llegar a una cifra entre 70 y 90 clasificados, lo cual se encuentra como principal objetivo a cumplir en el próximo año.

De manera individual la canoísta Yarisleidis Cirilo y el luchador del estilo grecorromano Luis Orta se llevaron la mayoría de los elogios.

Cirilo se ratificó en la elite mundial de su disciplina con su oro en el C-1 a 200 metros en el Campeonato Mundial, que le dio la clasificación para París 2024, y Orta repitió su corona de campeón mundial, a la que agregó las de San Salvador y Chile, el Grand Prix de Francia y la Liga Poddubny, todo eso pese a cambiar de categoría (subió de 60 a 67 kilogramos).

DEPORTES COLECTIVOS: LA ASIGNATURA PENDIENTE

La asignatura pendiente del deporte cubano en 2023 fueron los deportes colectivos, que cerraron el año con su peor resultado en Juegos Panamericanos: ni una sola medalla.

El año empezó de manera alegre con las presentaciones del Team Asere en el Clásico Mundial de béisbol, pero ese lugar entre los cuatro grandes fue opacado posteriormente con desempeños mediocres en los demás eventos.

La selección masculina de voleibol fue la otra que aportó algo de optimismo, pero en su competencia fundamental, la Liga de Naciones, consiguió a duras penas mantenerse en la máxima categoría, y está en veremos todavía su clasificación a París 2024, único equipo que puede aspirar a eso.

Las políticas de contratación en el exterior han rendido frutos en casi todas las disciplinas, pero todavía en el Cuba muchos extrañan los rendimientos que exhiben los nuestros en otras Ligas.

Sacaron la cara los voleibolistas de playa Noslen Díaz y José Luis Alayo, con muy buenas actuaciones durante casi todo el año, pero también pendientes todavía de certificar su pase a la venidera cita cuatrienal.

París 2024 está al doblar de la esquina, y es donde realmente comprobaremos si la estrategia de priorizar algunos deportes e individualidades rinde los frutos esperados.