DE LA COCINA: Menta (+ Recetas)
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Imagen tomada de https://www.admagazine.com
La menta es una potente planta aromática que podemos cultivar en casa para siempre tenerla fresca y poder disponer de ella para muchísimas preparaciones. Además de aportar intenso sabor y frescura, es beneficiosa para la salud. Hoy le dedicamos este espacio y ojalá se anime a sembrar un esqueje y, muy pronto, experimentar con ella en la cocina.
Es probable que solo haya visto la menta en su presentación deshidratada, en bolsitas para hacer ese té que es muy tradicional para calmar los síntomas de la indigestión y el resfriado. Sin embargo, aunque es muy rico así, no se compara con preparar la infusión con hojas recién cortadas. También es común encontrarla en caramelos, helados y siropes, así como de ella son las pastas dentales más populares, y de mentol —derivado suyo— son muchas cremas y lociones para los dolores musculares.
La menta cuenta con numerosas variedades, incluida la yerba buena, conocidísima para preparar nuestro mojito y limonada. No obstante, podemos utilizar cualquiera de sus variantes para esas bebidas, y otros platos, incluso para aromatizar nuestra cocina porque dicen que purifica el aire, y si, además, es tan bonita, merece la pena tener una maceta en algún buen lugar, pues no es muy exigente en sus cuidados.
En la culinaria existen diversas recetas y, según nuestro gusto, podemos innovar. Las siguientes propuestas las considero fáciles y deliciosas, ajustadas a nuestro contexto de crisis:
Salsa de yogur y menta
De todas las sugerencias de esta publicación, esta me parece la más exótica y sabrosa. Le animo a prepararla y le aseguro que sorprenderá a su paladar, le resultará adictiva y querrá comerla a cucharadas o untarla hasta con lo que no debe.
Se trata de una salsa fría prima de la famosa griega tzatziki y que he adecuado a mi gusto y a lo que, creo, podemos encontrar de modo más fácil. Se hace con una base de yogur blanco. Le propongo que utilice de esos potecitos de aproximadamente 150 ml que venden ahora en cualquier esquina y que son más firmes que otros que vienen en una presentación más abundante, no obstante, funciona con cualquier textura. Es importante que sea natural.
Esta salsa se hace muy rápido, por eso recomiendo hacerla en poca cantidad y, si se acaba, vuelva a preparar. Así evitará que se estropee —en realidad no dará tiempo a tanto, ya verá.
Disponga todo el yogur en un recipiente, agregue una pizca de sal que corregirá según su preferencia, ponga todo el ajo que desee machacado hasta que esté en punto puré, sume el jugo de medio limón y la ralladura de toda su cáscara, así como un poco de pimienta y un puñado de hojas de menta finamente troceadas, que es su ingrediente estrella y le aportará frescura. Remueva todo y consuma. Si la ansiedad le permite, déjela en refrigeración una o dos horas para acentuar sabores.
Esta salsa tiene muchas versiones, y esta es la mía. Para que esté completa, me gustaría agregarle un chorrito de aceite de oliva; si usted tiene, póngale, y pruebe añadir otros condimentos como orégano, picante, la especia que prefiera. A mí me parece ideal para comer con croquetas, frituras de maíz, malanga o chícharos; o viandas fritas o hervidas; también como aderezo de ensaladas o para ponerle encima al pollo frito. Mi hermana, por ejemplo, se la come con pan tostado. Es muy versátil, y es saludable. Eso sí, tenga cuidado porque puede provocar adicción.
Imagen tomada de https://www.comandococina.com
Pollo asado
Puede ser asado en horno convencional o hecho a fuego lento en cazuela. Esta segunda opción es mi preferida porque queda muy jugoso y demora menos. Lo importante es marinar el pollo sin piel con las especias que dispongamos y un manojo de hojas de menta trituradas. Me gusta ponerle suficiente ajo, además de sal, pimienta negra molida, y si es posible, naranja agria o limón. Se deja reposar para luego cocinarlo como lo consideremos.
Al pollo o a cualquier carne le queda espectacular la combinación de ajo, menta y ácido. Se puede agregar unas papas, y ese plato no fallará, será delicioso. Al de la fotografía de referencia se le puso cilantro al servir. Pruebe lo que más se acomode a su gusto y despensa.
Imagen tomada de https://enmicasa.com
Arroz a la menta
Sonará extraño, pero puede quedar fascinado con este arroz saborizado. Solo basta con una taza de hojas de menta picadas por una de arroz. Me gusta sumarle otros ingredientes como verduras, las que tengamos tipo maíz, zanahoria, guisantes, habichuelas… y condimentos como cebolla o ajo. Hay quien le pone caldo de pollo. Acepta cualquier ingrediente, y es una excelente guarnición para comer distinto este grano común en nuestra mesa.
Imagen tomada de https://www.tumblr.com
Ensalada
Aquí puede ser tan experimental como le dicte su imaginación y crear una ensalada llena de color y sabores. Aproveche que en esta época puede conseguir variedad. En la fotografía a continuación puede apreciar una que contiene habichuelas, tomate, mango, ají, cebolla, pepino, aderezada con vinagre para sustituir el limón perdido, hojas de menta en tiritas, ajonjolí, sal y pimienta molida.
Recuerde que la cocina es instintiva. Si no pongo cantidades exactas es porque cocino al ojo por ciento y con la libertad de agregar según mi gusto.
Fotografía de la autora
Según leí, la menta es antibacteriana, antiviral, antiinflamatoria, y estimulante, para cuando queremos estar alertas. Puede aliviar la molestia estomacal, la congestión nasal; además, dicen que es relajante, reduce la ansiedad, mejora la concentración, y es eficaz en rituales de belleza y bienestar, por ejemplo, en baños y vaporizaciones faciales.
No es difícil de cultivar. Y si se fija bien por el camino, es frecuente encontrarla silvestre en parterres, jardines y patios, donde resisten lluvias y sequías. Por tanto, bien mimada en una maceta, podrá tener menta todo el año. Basta con cortar un esqueje fuerte de esa que se tropiece, le sugiero que sea una ramita amaderada, gruesa, para garantizar que enraíce mejor. Para ese proceso me gusta ponerla en agua para vigilar el punto exacto antes de pasar a tierra, pero podrá sembrarla directamente y solo debe mantener la humedad, sin charcos.
En mi experiencia, le gusta el sol, y ya verá que las silvestres crecen sin parar, pero en Cuba es muy fuerte. Por eso, prefiero ubicarla en una zona muy iluminada donde pueda solearse y tener horas de sombra para no castigarla. Esto, más su riego periódico sin dejar que seque la tierra, pero que tampoco sea un pantano, le garantizará una menta saludable, verdecita, de hoja de mayor tamaño que la salvaje, como podrá ver en la imagen a continuación, de mi propia cosecha.
Fotografía de la autora
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