Cuba y París 2024: Erislandy sacó la cara por el Buque insignia
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No es la primera vez que quien clasifica de último regresa con el mejor resultado posible, y volvió a ocurrir ahora con Erislandy Álvarez.
Destrozando los pronósticos tras clasificarse en el último tren, y nada menos que ante el mejor pugilista de la escuadra local, el cienfueguero se mostró convincente sobre el encerado ubicado en el emblemático parque Roland Garros y terminó como rey de los ligerowelters.
El es uno de los miembros destacados de esa nueva hornada que no debió ser protagonista en este cuatrienio pero asumió la responsabilidad y lo hizo todo a la perfección, porque unos Juegos Olímpicos son palabras mayores.
Tomó desquite así de su revés ante Sofiane Oumiha en el pasado Campeonato Mundial, donde también le dio batalla pero fue superado por la maestría y el mayor alcance del galo.
Sin embargo, esta vez el plan táctico fue entrar en la corta distancia todo el tiempo, y el europeo aceptó el reto, con lo cual abrió la puerta al empuje del nuestro, que siempre fue el boxeador más agresivo del Buque insignia, y como tal fue premiado con lo máximo.
Siempre cuando se enfrenta a un oponente local está el peligro de que los jueces se inclinen por el influjo de las gradas, pero esta vez Erislandy dejó muy poco margen a las dudas.
Yo iba asustado, debo confesar, porque en la pelea anterior había pedido un francés y eso me daba muy mala espina, pero entre las 12 cuerdas el cubano fue el mejor, y ciertamente desde que vi la forma en la que entró a la sala de competencias comencé a tranquilizarme.
Lo único que me seguía preocupando era esa ceja derecha que habitualmente termina sangrando, pero afortunadamente en París pudo completar todos sus combates sin grandes contratiempos. Como dije antes, para mí eso era más peligroso que cualquier contrario.
Tener la frescura y el descaro propio de la juventud siempre es un plus, y si a eso se le agrega la mejor predisposición y un buen plan táctico, solo queda que las cosas fluyan apoyado en la excelente preparación con la que llegaron nuestros representantes.
No funcionó con todos, la mayoría debió tirar mucho más en mi opinión, pero estaban en excelente forma deportiva.
De esta manera, evitamos firmar la actuación más floja del deporte de los puños en Cuba en unos Juegos Olímpicos desde que subió por primera vez al podio en México 1968, pues en aquel momento regresamos con dos medallas de plata, y ahora regresaremos con un oro y un bronce.
El colectivo técnico encabezado por Rolando Acebal hará los análisis necesarios, obligatoriamente habrá alguna renovación, pero el Buque insignia seguirá adelante, de eso no tengo dudas.
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