Cuba: ¿Está chiflando el mono o tocando una trompeta?
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Foto: ACN
Tan poco frecuentes son estas temperaturas tan bajas y los cubanos estamos tan poco acostumbrados a ellas, que hasta el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, habló ayer en su perfil de Twitter sobre este frío.
Es la primera vez que el mandatario aborda tal temática en sus sistemáticos y orientadores mensajes en esa red social.
Domingo frío como pocos en #Cuba. Disfrutemos en familia estas temperaturas, tan raras en nuestro clima y cuidemos con especial celo a niños y ancianos. Mañana podrían bajar más los termómetros.https://t.co/wY0PqCyqMX
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) January 30, 2022
Pero no es para menos. En estos momentos en que el mercurio de los termómetros parece ir cuesta abajo como en una montaña rusa, deben ser poquísimos los cubanos que no hayan comentado, al menos una vez, sobre el frío que está haciendo.
Fotógrafos cubanos también han salido a capturar testimonio gráfico de este suceso. Foto: tomada del Facebook de Leyva Benítez
Tanto es así, que en la madrugada de sábado para domingo se registraron muchas temperaturas por debajo de los 10 grados Celsius, y quienes más frazadas y abrigos sacaron seguro fueron los residentes de Santo Domingo, Villa Clara, donde hubo 6.6 grados Celsius, seguidos de cerca por los de La Piedra, con 8.0 °C; y los de Aguada de Pasajeros, en Cienfuegos, con 8.3 °C.
Para despedir el último día de enero en este noveno frente frío de la temporada invernal, el Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología anunciaba, al momento de redactar estas líneas, mínimas para la madrugada de este lunes entre 5 y 8 grados Celsius para el interior y sur de las regiones occidental y central.
Ahora sí que, con sobradas y gélidas razones, los cubanos podemos volver a echar mano a ese viejo decir: «¡Está soplando el mono!»
Y qué coincidencia, porque fue precisamente en Santo Domingo, Villa Clara —que ayer se anotó el récord de más frío—, donde parece haber quedado acuñada esa expresión repetida por padres, abuelos y bisabuelos.
Cuentan que en los comienzos del siglo XX, los propietarios del central Macagua, actual Empresa Agropecuaria Braulio Coroneaux, tenían una pareja de monos en una jaula de su jardín, y una ocasión en que las temperaturas descendieron mucho, el par de simios pasó chillando toda la noche.
En realidad, los monos no chiflan, sino chillan; pero aquellos sonidos les parecieron a los habitantes como silbidos en medio del silencio y la ventisca nocturna. A la mañana siguiente, ese era el comentario de todos los vecinos.
A partir de entonces, lo de «está chiflando el mono» siguió repitiéndose cada vez que las temperaturas descendían, hasta quedar asentado como sinónimo de mucho frío… como este que estamos pasando ahora, tanto, que el mono, en vez de chiflar, ahorita toca una trompeta.
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