CRÓNICAS BIEN CORTAS: El respeto al derecho ajeno
especiales
Frente a una parada de ómnibus de la Villa Panamericana, dos hombres jóvenes pasaron tomados de la mano. Un hombre maduro que esperaba junto a la que parecía su esposa se dirigió a los que allí estaban:
-Yo espero que sean hermanos, o por lo menos primos. Si no, habría que llamar a la policía.
-¿Cuál es el delito? -preguntó una muchacha.
-¡Escándalo público! ¡Indecencia en la vía pública!
-Yo veo que usted tiene tomada de la mano a la señora. ¿Lo van a acusar de escándalo público?
-No es lo mismo: ¡es mi mujer! Es lo natural. Lo otro es antinatural.
-¿Quién lo dice?
-¡Lo dice la ley!
Una anciana que hasta ese momento permanecía callada se echó a reír:
-¡Tiene que leerse bien la ley! ¡Y respete para que lo respeten!
-Ahorita van a poder besarse en público como los demás.
-Ojalá yo tuviera ahora mismo aquí a mi pareja. La iba a besar a ver si usted iba a buscar a la policía. Yo llevo treinta años viviendo con una mujer. ¡Y a mucha honra! -exclamó la señora.
Un grupo de estudiantes de preuniversitario aplaudieron entusiastas.
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Comentarios
Ser cultos y ser buenos.
Enrique
alexander
Yerandy
Luis
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