Cita con la soledad y las segundas oportunidades

La obra de Alejandro Gil siempre propone una mirada introspectiva, ya sea desde la ficción o el documental, el videoclip o los dramatizados televisivos, categorías todas en las que se acerca de manera sensible a la condición humana. Este es el caso de su más reciente largometraje, AM-PM, cinta que inaugura el Festival de Cine de Verano 2023.

El filme fue realizado con el apoyo del Fondo de Fomento del Cine Cubano y en coproducción con Audiovisuales ICAIC. Obtuvo en 2018 el Premio SGAE de guion para largometrajes, que fue a manos de su autor, Amílcar Salatti, quien contó con el aporte como coguionista de Senel Paz. La producción de AM-PM estuvo marcada por los estragos de la COVID-19, epidemia que demandó un ejercicio extra de creatividad por parte de sus creadores y un compromiso total del resto del equipo de realización. Destacados actores cubanos aparecen en el elenco de esta comedia dramática, como Verónica Lynn, Blanca Rosa Blanco, Jorge Martínez, Eman Xor Oña y Enrique Molina.

En la película, obra póstuma de Molina y a cuya memoria está dedicada, se entrelazan diversas historias que suceden a lo largo de un mismo día, donde se retratan diferentes generaciones que convergen no solo en espacio y tiempo, sino también desde el sentir. Todos los personajes están determinados por la fragilidad emocional, marcada por una aflicción común: la soledad. Hay encuentros y desencuentros, amores y enfermedades, engaños y consecuencias, pero también hay segundas oportunidades.

AM-PM constituye un filme narrativamente simple, pero con una visualidad compleja y atractiva, que apunta a lo sensorial y busca un acercamiento particular a cada uno de los personajes, de acuerdo con su historia y aquello que sienten. El excelente trabajo combinado de Ángel Alderete en la dirección de fotografía y Carlos Urdanivia con la dirección de arte consigue que la iluminación y los espacios interiores que caracterizan el set fílmico estén llenos de matices y elementos retóricos que demandan una lectura detenida para conocer a profundidad a sus protagonistas.

Muestra de ello es el personaje de Gonzalo (Eman Xor Oña), un hombre que vive solo en un bloque de apartamentos y cuya única compañía es una mascota, con la que habla para desahogarse. El diseño de este personaje y el ambiente creado para su hogar están caracterizados con colores fríos y la iluminación de su casa es siempre oscura, con predominio del color azul. Su contraparte, e interés amoroso, es Nieves (Blanca Rosa Blanco), una profesora que padece de cáncer y que por su enfermedad se ha visto obligada a dejar de lado su profesión. Aislada del mundo, se refugia en el interior de su casa, rodeada de libros y escoltada en todo momento por su perro chihuahua. Este personaje se ilumina con colores cálidos, como el sepia de los libros viejos que ya no volverá a leer.

Se logra a través de esta pareja transmitir desde dos paletas cromáticas tan contrarias el mismo sentimiento, las ausencias y pesares. Se convierten el uno para el otro en una segunda oportunidad. El amor surgirá para ellos como una esperanza, un aliento de vida.

Alejandro Gil demuestra una vez más su tacto para acercarse a temas de la cotidianidad, al sentir del ser humano desde la realidad cubana.

(Tomado de Cartelera Cine y Video, nro. 212)