Ana de Armas es de armas tomar

La actriz cubana radicada en Estados Unidos Ana de Armas se despidió hoy de La Habana, luego de una semana en que sus paseos y la celebración de su cumpleaños 35 aquí calentaron las redes sociales.
 
Desde su llegada a La Habana junto a su novio, el empresario Paul Boukadakis, los enemigos del viaje no pararon de cuestionarla e intentaron politizar su estancia en el lugar donde nació el 30 de abril de 1988.

Sin embargo, todo parece indicar que la protagonista de Blonde, el filme que le agenció su candidatura al Oscar 2023, hizo poco caso a las injurias lanzadas por los sectores más conservadores de la emigración cubana, molestos por algo tan sencillo como que la joven quisiera compartir unos días con su gente.

Las imágenes en Instagram, Facebook y Twitter, filtradas por conocidos, fanáticos y seguidores evidenciaron que la estrella de Hollywood se divirtió durante sus vacaciones en Cuba, lugar que no visitaba desde poco más de dos años.

A sus detractores les quedó el sabor amargo de la visita que realizaran a la sede del grupo de teatro infantil La Colmenita, donde la pareja disfrutó algunas canciones, bailó y conoció sobre el trabajo que desarrolla con niños de Cuba y otros países desde hace 33 años.

Criticaron su paso por allí, el mismo lugar donde antes estuvieron Michelle Obama, ex primera dama de Estados Unidos, el llamado «médico de la risa» Patch Adams, los cantantes Harry Belafonte, Katy Perry y Beyoncé, los actores Sean Penn y Danny Glober, también de ese país, y el astro del fútbol español Sergio Ramos, entre otras personalidades.

La atacaron por querer regresar a su país, por pasearse por las calles de su Habana, por degustar un cóctel en el emblemático bar-restaurante El Floridita, por pasar el cumpleaños con familiares y amigos de su adolescencia y juventud en Cuba.

Le fueron arriba, simplemente, por violar el intento de bloqueo que a través de amenazas tratan de imponerle a todo artista que decide poner los pies en esta isla. Pero esta vez fallaron, Ana vuela muy alto, demasiado alto, y es De Armas tomar.

En Cuba fue tratada con admiración, orgullo y respeto por todo lo que ha hecho y logrado en su carrera cinematográfica.

A Ana se le vio feliz ante tanto cariño.

Mientras, en las redes sociales aún pululan los comentarios de muchas personas, la mayoría, que se alegraron de verla, la felicitaron por su regreso y la invitaron a volver.

Como escribiera un internauta, en definitiva, esta también es su casa.