Al cantío de un gallo

Alguien aseguraba que las aves cantan al amanecer para decirles a sus compañeros que lograron pasar la noche, como una forma de decir: "Todavía estoy aquí".

Es poético, pero algo inexacto. Lo mismo sinsontes, ruiseñores, gorriones, que un largo etcétera, colorean el alba con sus cantos para establecer su territorio. Al hacerlo, marcan su espacio advirtiendo a otros que no se atrevan a invadirlo.

También ese trinar matutino es una muestra de fuerza y vitalidad. Los machos, en particular, trinan para impresionar y atraer a las hembras al demostrar que están aptos para la reproducción.

El canto del amanecer igual ayuda a los pájaros a establecer un ritmo diario, como si fuera su alarma natural que les indica que es hora de comenzar un nuevo día.

Foto: tomada de quo.eldiario.es  

Y si un ave hay que se lleva las palmas en esto del despertar matutino es el gallo. No pocos estudios mencionan estos cantos como propios del escenario rural, pero, al menos en La Habana, no es nada raro escuchar cuando aparece el primer claro y hasta anunciándolo, el canto de un gallo que repica entre avenidas, altos edificios… y molesta a quienes no tienen que levantarse antes de la salida del sol.

Un estudio de la Universidad de Nagoya, Japón, reveló que, en realidad, los gallos no necesitan la luz del sol para despertarse. Cuentan con un reloj biológico interno que les avisa del amanecer, incluso en los cambios de estación.

La indagación confirmó que aun cuando mantuvieron a unos gallos bajo una débil luz, ellos continuaron cantando cada 23,8 horas, sin tener ningún referente que les alertara.

Foto: tomada de tiempo.hn

Dicho reloj interno les permite sincronizarse con el ciclo natural del día y mantener su papel como guardianes del gallinero.

En Cuba, los gallos y su canto están enraizados en la cultura nacional. Pintores como Mariano Rodríguez y Roberto Fabelo los han eternizado con su arte, y también Ñico Saquito con su popular guaracha Cuida’ito compay gallo le reservó su lugar en la historia de la música cubana.

De Mariano, “Gallos” (1941), técnica mixta sobre masonite, 45,3 x 56,3 cm. Foto: tomada de marianoart.com

De Fabelo, “Viaje al jardín fantástico” (2016), óleo sobre lienzo, 205,1 x 356,2 cm. Foto: tomada de fabelostudio.com

No es casualidad que en el mundo beisbolero el equipo de Sancti Spíritus se nombre Los Gallos, y tampoco pueden olvidarse conocidas frases en esta Isla como “al cantío de un gallo”, o “guapo como gallo de pelea”.

Foto: tomada de flickr.com

Sucede que esta hermosa ave es símbolo de valentía y orgullo, su canto potente y su gallardía se equiparan con la vitalidad y pasión de los cubanos, quienes, también como el gallo, cantan bien alto y claro cuando ven su territorio amenazado.