El malecón en estos últimos días de mucho viento ha devenido todo un espectáculo entre el mar agitado, las salpicaduras, árboles inquietos, algunos con menos hojas y las que conservan con un matiz amarillo, pero también salen a la vista, lamentablemente, bolsas de nylon y basura en general volando por doquier.

La privacidad de su muro le ha sido arrebatada por ese aire incómodo que despeina, molesta en los ojos, sacude y levanta la ropa. Aunque la intensidad de los vientos disminuye en ciertas horas del día, una calma, no ambiental, predomina, pues pocas personas pasean, sacan a caminar a sus perros y los pescadores también están quietos en base.

Todo ello se debe a los vientos de cuaresma, de acuerdo con la revista Bohemia, “estos vientos cálidos y fuertes del sur ocurren en esta época del año por los importantes cambios de la presión atmosférica que se producen”. Los riesgos que pueden provocar en el mar son una advertencia importante a tener en cuenta.

Los vientos de cuaresma soplan en la región occidental desde el sur y suelen ser característicos de los meses de marzo y abril y coinciden con la semana Santa. Aunque para ateos o religiosos no cristianos la semana sobresalta más que nada por el alboroto de los aires, los cristianos celebran durante varios días los últimos días de Cristo en la Tierra.

“La semana Santa, conocida como semana Mayor, es un periodo de ocho días que comienza con el domingo de Ramos y culmina con el domingo de Resurrección. Con la semana Santa, el cristiano conmemora el Triduo Pascual, es decir, los momentos de la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo”, indica el portal Significados.

Asimismo, el mes de abril es y será histórico para la revolución cubana. A los mercenarios que pretendían invadir a la isla por una zona clave para ello por su carácter despoblado, la Ciénaga de Zapata, les fue frustrado su intención en muy pocas horas a pesar de que entraron por aire, tierra y mar, la operación parecía perfecta, sin embargo, fue un total fracaso.