2023 de altas temperaturas y calor político
especiales
Fotografía tomada de https://www.rtve.es donde se aprecia un tanque de guerra de las fuerzas de Israel atacando a la Franja de Gaza.
Muchos acontecimientos marcaron el curso de este año 2023; un período signado por profundas grietas en la política internacional, con disputas entre defensores de ideologías opuestas, además de otros factores de suma importancia que afectaron la economía y condicionaron procesos y el buen desarrollo de la humanidad.
Sucesos heredados de 2022 como el conflicto entre Ucrania y Rusia se mantuvieron durante todo este período con picos de tensión que aún no se logran resolver, y el resultado sigue siendo desastroso. Ucrania insiste en fortalecer alianzas militares, pero con un aliado muy poderoso: Estados Unidos, quien le ofrece apoyo armamentístico de gran valor, mientras la prensa occidental se parcializa y solo muestra un lado de los hechos, dejando al gobierno de Vladímir Putin como el mayor responsable del trance, victimizando a los demás, y desconociendo que el episodio posee un antecedente histórico. El mundo olvida, una vez más, que el cuento no siempre es según como se cuente.
Estos incidentes fueron un poco opacados por otros titulares cuando, a inicios de octubre, bases militares de Israel recibieron ataques por sorpresa de fuerzas palestinas, y desde entonces ambos territorios permanecen en constante enfrentamiento. Hasta hoy, el saldo es de miles de muertos y heridos, sobre todo palestinos, además de una Franja de Gaza destruida por la intensidad de la ofensiva opuesta que ostenta superioridad tecnológica en todos los sentidos y que no ha dudado en dejar caer sobre la población civil con la justificación de querer acabar con grupos terroristas como Hamas.
Para esta odisea, que de igual forma tiene un precedente de casi ocho décadas de agresiones continuas contra palestinos, también pudimos observar el favoritismo de los medios de comunicación que, con toda arbitrariedad, desconocen cuánto han sido masacrados y desplazados por legendarias diferencias, principalmente religiosas, y que por ello han sufrido el duro golpe de la ocupación de sus tierras y la limpieza étnica a la vista del mundo.
Sin embargo, esta vez han circulado con empeño las imágenes del exterminio de ese pueblo, mayormente de los más vulnerables que no alcanzaron a escapar o encontrar refugio seguro, así como de corresponsales y personal sanitario, entre otros funcionarios acreditados en el lugar al momento del siniestro.
Las principales organizaciones mundiales se han hecho eco de la disputa entre Israel y Palestina con distintas miradas; se ha pedido desde ayuda y canales humanitarios hasta el cese de las hostilidades a través del diálogo y el mutuo acuerdo, pero resulta difícil sin una actitud de verdadera intención de paz por las partes implicadas, y mientras permanezcan las arremetidas oportunistas, y siga llegando la colaboración de Estados Unidos —una vez más Estados Unidos— con el envío de municiones de alta potencia, por cierto, sin aprobarlo el Congreso de ese país.
Fotografía tomada de https://sputniknews.lat
La política se ha mostrado inestable durante todo el año, y la derecha ha primado en el mundo con gobiernos más o menos erráticos. En América Latina es indiscutible que la izquierda ha perdido impulso y el bloque regional se encuentra disperso y en crisis.
Perú comenzó 2023 con manifestaciones para exigir justicia y el retorno de Pedro Castillo a la presidencia, así como la dimisión de la designada en su lugar, Dina Boluarte, a quien responsabilizan por el caos actual de ese país, de los muertos y heridos en las protestas, de la economía deprimida, y del complejo entorno político y social. A Boluarte el pueblo reclama mejoras en la sociedad, sobre todo acabar con la corrupción e incrementar la solvencia doméstica.
Varios procesos electorales tuvieron lugar en el mundo, y de nuestro continente queremos destacar las presidenciales en Paraguay, Guatemala, Ecuador y Argentina, además de la del Consejo y el Plebiscito constitucional en Chile, y el referendo consultivo en Venezuela.
A solo días de las elecciones en Ecuador, convocadas de manera extraordinaria, fue asesinado Fernando Villavicencio, el candidato progresista por la alianza Movimiento Construye-Gente Buena. Con este magnicidio, la nación ecuatoriana tuvo que reinventarse para salir del desconcierto preelectoral, lo cual le obligó a celebrar las votaciones bajo estado de excepción.
Del trance salió victorioso Daniel Noboa, el mandatario electo más joven de ese país, que a sus 36 años parece más un niño mimado que un político. De hecho, su trayectoria solo tiene dos años, pero de su familia heredó no solo una sorprendente fortuna, sino el interés por administrar Ecuador, porque su padre fue candidato por cinco veces. Noboa completará el período 2021-2025 que inició Guillermo Lasso, y desde ya pretende postularse nuevamente con la promesa de trabajar por cambios necesarios, muchos relacionados con la inseguridad.
Por su parte, Guatemala tampoco vivió su proceso en calma. El electo, Bernardo Arévalo, con su propuesta anticorrupción, aún no se sienta en la silla presidencial y ya su entorno se encuentra convulso. Lo más reciente ocurrido está relacionado con el descontento del Ministerio Público.
Por ello, Arévalo alegó que se trata de un intento de golpe de Estado clásico, mientras manifestantes, instituciones internacionales y gobiernos aliados aseguran que las acusaciones son infundadas para buscar deslegitimar los comicios certificados por el Tribunal Supremo Electoral guatemalteco y evitar que inicie su gestión a mediados de enero de 2024.
Fotografía tomada de https://www.newsweek.com.ar
Un caso que acaparó toda la atención, el asombro para unos y las palmas para otros, fue las elecciones presidenciales en Argentina, definidas en segunda vuelta en el mes de noviembre a favor de Javier Milei, un candidato que salió de la nada y sobresalió enseguida por su proyección ruda, por plantear reformas exageradas como la eliminación de ministerios y entidades fundamentales, así como de todo proyecto social antecesor.
El ultraderechista Milei es también definido como conservador radical apoyado por similares como el brasileño Jair Bolsonaro o el estadounidense Donald Trump, reconocidos por sus posturas extremas. Recordemos que a su investidura también acudieron el rey de España, Felipe VI; el ucraniano, Volodimir Zelenski; entre otros representantes de gobiernos afines como el expresidente argentino Mauricio Macri. Asimismo, de la lista de homólogos ausentes resaltamos a Colombia, Brasil, México, Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, incluso Estados Unidos.
Resaltamos cómo a veces Milei expresa ideas antónimas, y posee un discurso ideológico que ha variado desde que entró a la política pública —como buscando su sitio—; además, es autoritario, agresivo, y se manifiesta contra el Estado y a favor de la privatización. Su mayor promesa es convertir a Argentina en potencia mundial, una meta del agrado de todos, pero ambiciosa para cumplir en tan corto tiempo, sobre todo por como recibe a un país con alto índice de inflación.
El hecho es que con su elección se sacudió el tablero político de la nación suramericana, que pretende encontrar alternativas que saquen a esa sociedad de las dificultades y, por tanto, consideraron que votar por la izquierda sería lo mismo, claramente en señal de protesta. Por ello se decidieron por la opción que les parece ofrecerá un cambio radical, al costo que sea: el ultraliberal Milei, quien muy seguramente dejará mucho de qué hablar en este 2024.
Otros procesos acapararon nuestro interés, como los comicios generales celebrados en el mes de julio en España, lo cual dio paso a la XV legislatura para elegir al presidente del gobierno. Luego de varios meses convulsos, Pedro Sánchez obtuvo el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara con 179 votos a favor y 171 en contra para dirigir durante los próximos cuatro años. No obstante, en varios puntos del país ibérico se registraron manifestaciones antes y después de tal anuncio, y sus demandas son diversas, relacionadas con la futura ley de amnistía y la justicia social.
Fotografía tomada de https://www.dallasnews.com
En la región de América Latina también le seguimos el pulso durante este 2023 a la gestión de Nayib Bukele, en El Salvador, quien desde 2019 impulsa iniciativas de mano dura contra el crimen organizado, y por ello ha enfrentado críticas y demandas internacionales, pero hacia adentro ha logrado revertir la situación de inseguridad de su pueblo.
También nos importan los avances de la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, y de Andrés Manuel López Obrador, en México, quien a un año de culminar su mandato muestra esfuerzos en temas de la emigración, y en el crecimiento económico. Igualmente, la violencia en Haití, los desafíos que enfrenta Gustavo Petro, en Colombia, para atender la profunda crisis social que existe, el narcotráfico y otros males, a lo cual le dedica voluntad, pero continúa el asesinato de líderes sociales, indígenas y defensores de los derechos humanos.
De esa nación suramericana subrayamos los intentos, aún no concluyentes, por establecer los diálogos de paz entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que por desacuerdos han interrumpido en reiteradas ocasiones.
Estos y otros contextos demuestran corrupción en altas esferas políticas en la región, como en el mundo; no escapamos al dilema de la derecha posicionándose en cada rincón. Vivimos un ambiente sociopolítico de alta complejidad que afecta a las mayorías porque trae destrucción de las sociedades por la barbarie y la inseguridad, la amenaza constante a la democracia, la depresión monetaria, y sus daños colaterales como el incremento de la pobreza, la emigración, el hambre, el desahucio, que generan terribles situaciones humanitarias. Ejemplo de ello también es lo que viven países de África y Asia; pensemos en Burkina Faso, Somalia, Libia, Sudán, Myanmar, Yemen, Afganistán, y muchos más que aguantan los rezagos de la colonización y otras tendencias actuales.
Otros incidentes aleatorios que no queremos dejar de mencionar son los disturbios en Francia en reclamo de mejoras sociales y el fin de la discriminación. En Estados Unidos, la intimidación policial, el uso desmedido de las armas en población civil; y los problemas legales del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien este año se enfrentó a acusaciones de distinta naturaleza como fraudes comerciales, comentarios incendiarios, soborno y otras formas de alterar las elecciones de 2020 en su país.
A pesar de las sombras que arrastra Trump, no solo es uno de los aspirantes a la presidencia del próximo 2024, sino que es favorito por el Partido Republicano. Ya ha anticipado despidos, deportaciones, y solo dos géneros, por solo citar algunas de las medidas que desea impulsar.
Fotografía tomada de https://elpais.com
Y como si fuera poco, la naturaleza respondiendo a tanta agresión humana. Este 2023 hemos sufrido fenómenos meteorológicos que provocaron inundaciones y arrasaron territorios, ocasionaron muertos, heridos y serias pérdidas materiales; ejemplo de ello fue la tormenta Daniel para Libia y otros países europeos y el huracán Idalia en América.
En contraposición, también vivimos sequías en diversos puntos del planeta como en la Amazonía brasileña, Uruguay, Bolivia, o el norte de África. En cada una de las zonas perjudicadas se perdieron grandes producciones agrícolas, lo cual favorece la escasez de recursos fundamentales.
Terremotos como el que devastó Türkiye y Siria, en febrero, con casi 60 mil fallecidos; o como el ocurrido en Marruecos en septiembre; las olas de calor que colocaron a este 2023 como el período más caluroso registrado; los incendios forestales de gran magnitud en Hawaii, Chile, Canadá o Francia; así como el vertimiento de aguas residuales de la planta japonesa de energía nuclear de Fukushima Daiichi, dañada en marzo de 2011, son solo algunos de los desastres medioambientales que nos tocó contar.
De entre los eventos más importantes celebrados en el mundo este año, citamos varias reuniones: la del BRICS+, la del Grupo de los Veinte, la del Grupo de los 77 más China, la del Grupo de Puebla, el 78º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la XXVIII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), entre otros.
Así, a grandes rasgos, transcurrió 2023, un año efervescente en todos los sentidos, con una evidente tendencia hacia la disminución de los procesos de izquierda, gracias, en parte, al estrangulamiento de los medios de comunicación, que muchas veces incumplen con su mandato primario de informar, se encaminan a manipular a conveniencia, y esto hace que la memoria colectiva vaya hacia el mismo sentido.
Por eso, y por lo demás que nos afecta como la incapacidad, la poca disponibilidad de recursos, la falta de apoyo y confianza, tenemos sociedades hastiadas por el déficit económico y el escaso acompañamiento de los poderes. Y, como vemos, esta situación repetida en cada rincón exacerba el descontento y el furor de buscar alternativas, o lo contrario, la desidia y el conformismo.
Esperemos un 2024 que no nos fustigue tanto, que nos permita trabajar a cada uno por objetivos individuales y colectivos.
Añadir nuevo comentario