14 de febrero: Por una humanidad más fraternal y resiliente
especiales
Foto: Ismael Francisco / Cubadebate
14 de febrero, para casi todos los países, declarado internacionalmente el Día del Amor y la Amistad, y por qué no del respeto al criterio ajeno, la paz, la armonía, el entendimiento, la unión y la tolerancia. Y es que el amor y la amistad se construyen sobre tejidos que navegan sobre estos criterios, para obtener el amor puro y la amistad sincera.
Será este 14 un lunes de febrero y de frío, como a muchos les gusta para gozar del calor humano, la cercanía, el roce y el tacto. El motivo para el abrazo abrigado, el sentarse más unidos como fuente de energía de calor, la invitación a comer, a pasear, a disfrutar de las calles y el muro del Malecón, que tantas historias de amor guarda en secreto a lo largo de la historia.
La ocasión para que amigos se reúnan y disfruten los buenos sentimientos, compartan la experiencia de contar historias, cantar la canción del momento e inventar un baile. Los de más tiempo, rememoren tiempos pasados, vivencias únicas, mientras que los más jóvenes, tengan la oportunidad de sentir el privilegio de tener y poder contar con un buen amigo.
Es un día que va más allá del tan solo Día de los Enamorados; 14 de febrero deberían ser todas las jornadas, para que la rutina no nos haga olvidar el valor de la familia, de conservar y nutrir relaciones entre hermanos, primos y tíos, pues es el día del amor hacia ellos y a la madre, el padre, hermanos, abuelos, y hasta a nuestras mascotas, pues es nuestro deber protegerlas.
Debería ser la tregua entre todos los hombres en este planeta, así sean de diferentes regiones, culturas, religiones, orientación social; un muro para detener agresiones, manifestaciones de odio, posturas políticas antagónicas, expresiones de ofensa, y mantener el sentido de la igualdad, el respeto y el derecho a la libertad y desarrollo propio libre de injerencias.
Incluso para los futuros 14 de febrero, aunque en el hemisferio norte, el invierno enfríe sensaciones, este día, y por qué no muchos otros del calendario, bien se pudiera pausar no el frío de la temporada, sino de la tecnología, el internet y las redes sociales que asientan entre las relaciones puentes infinitos que nos alejan del afecto tocable.
San Valentín, Día de los Enamorados, Día del Amor y la Amistad
La definición se ajusta a cada nación, es así que, en dependencia de las culturas, la fecha tiene diversas e interesantes maneras de celebrarse, aunque también existen otros que no lo hacen como Pakistán, India y Malasia, por sus respectivas razones, y los que lo hacen otro día, y no tal cual, como el Día de los Enamorados.
Así es el caso de Rusia, que el 8 de marzo, en festividad del Día Internacional de la Mujer, fusiona las dos fechas para tener como resultado una jornada del hombre en función de la mujer, la esposa, y de los buenos tratos, así que durante pocas horas la ecuación cambia, y entonces el hombre se ocupa ese día de las tareas del hogar y de preparar la comida.
En cambio, Bolivia sí tiene determinado su Día del Amor y la Amistad, pero el 21 de septiembre, ya que aprovechan la magia y lo colorido de la naturaleza, y el esplendor de la vida, ese día por ser el primero de la primavera, para hacer fluir el arcoíris de sensaciones, el vuelo de mariposas entre corazones correspondidos y almas encontradas.
En América hay una fuerte tradición de obsequiar regalos. En México, Panamá, Paraguay, Perú, Venezuela, entre otros, las parejas estilan regalarse chocolates, flores, peluches, cartas, perfumes y otros objetos como muestra de afecto. Asimismo, aprovechan para disfrutar la belleza de la noche, para cenar fuera de casa, o tan solo caminar por algún lugar de interés.
Realmente, más allá de sus orígenes católicos, no es menos cierto que la celebración ha ido mutando, y ajustándose al tiempo y espacio, a lo que también bolsillos capitalistas le han sacado provecho para estimular las compras de regalos, o lo que es igual, al consumismo, que muchas veces es mal usado como estímulo de amor, a pesar de su naturaleza material.
Pero en la vida real…
Foto: El País
Si bien no se puede generalizar, la realidad es que los días perfectos ni de color de rosa pululan en este universo. Las historias de amor idílicas, o de finales felices, han quedado solo para los libros de novelas y las series de televisión, dada la condición convulsa y adversa que los seres humanos están asumiendo en este siglo, sin humanidad y consuelo.
Porque el amor encierra más que a una pareja, un grupo de amigos o una familia. Va hacia el amor entre pueblos vecinos, el entendimiento, la cooperación y la solidaridad. El respeto hacia otra ideología, lo mismo capitalista que comunista, hacia la no injerencia en asuntos políticos y económicos, va contra las guerras y sus intentos por querer hacerlas estallar.
Hoy lunes es 14 de febrero, para muchos, uno de los días más esperados y felices del año, pero para otra parte de este mundo, no es más que niños hambrientos, hombres bajo la frialdad de la noche sin el resguardo de un techo, pueblos azotados por las guerras, comunidades barridas por bombardeos, y otras en riesgo por los efectos del calentamiento global o el daño humano.
Por tanto, es una efeméride para promover el amor, pero a gran escala, para hacerlo sin banalidad, a conciencia, un amor que traspase fronteras, que salga de las casas y llegue a todos los barrios, las comunidades, y lime asperezas entre estos y aquellos, los de aquí y los de allá, los de dentro y de afuera, porque al final, todos somos ese mismo todo.
Añadir nuevo comentario