Casa Blanca, ¿contrariada con el Nobel?
especiales

La Casa Blanca, al parecer, quedó contrariada cuando anunciaron hoy a la persona ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, aunque quien lo obtuvo es una persona alineada con el Gobierno de Estados Unidos.
Pero es que en los últimos días se preparaba a la opinión pública en espera de la noticia que no llegó. Antes surgieron nominaciones desde Pakistán, por ejemplo, para que este Nobel recayera en Donald Trump, el presidente de Estados Unidos.
El mandatario había expresado su deseo en numerosas ocasiones de conseguir el galardón, especialmente desde que se lo entregaron al expresidente Barack Obama en 2009 a quien criticó por obtenerlo “sin hacer absolutamente nada”.
Sin embargo, Trump, cuando subió al estrado de la ONU el pasado 23 de septiembre en el Segmento de Alto Nivel del 80mo periodo de sesiones de la Asamblea General, cuestionó el papel del organismo multilateral y aseguró que sin su ayuda resolvió siete guerras.
Ahora reivindica que son ocho a las que puso punto final tras conseguir un acuerdo entre Israel y Hamás para terminar las hostilidades en la Franja de Gaza.
El asesor de Trump y su director de Comunicaciones, Steven Cheung, acusó este viernes al Comité Noruego del Nobel de anteponer «la política a la paz» por no concederle el premio a su jefe.
«El Comité Nobel demostró que anteponen la política a la paz», escribió en un mensaje en la red social X luego de conocer que el premio se lo llevó la opositora venezolana María Corina Machado.
Cheung recalcó que «el presidente Trump seguirá haciendo acuerdos de paz, poniendo fin a las guerras y salvando vidas».
Varios expertos coinciden en que en realidad Trump no ha promovido ningún tratado formal de paz y que, en varios de esos conflictos, solo se alcanzaron treguas frágiles.
Incluso otros apuntan que la región de América Latina, proclamada como Zona de Paz en 2014, está amenazada por un conflicto de imprevisibles consecuencias ante el despliegue militar de Estados Unidos en áreas del mar Caribe frente a las costas de Venezuela bajo el pretexto que esgrime Trump de combatir al narcotráfico.
«Ya no hay botes en el agua», expresó el domingo el gobernante durante las celebraciones por el aniversario de la Armada estadounidense. “Ahora tendremos que empezar a buscar en tierra, porque se verán obligados a ir por tierra. Y les aseguro que eso tampoco les va a ir bien”, agregó.
Las declaraciones de Trump acontecieron a solo dos días después de un reporte de la destrucción de una cuarta embarcación presuntamente cargada de drogas en el Caribe y cerca del litoral de Venezuela, con saldo de al menos cuatro muertos.
¿Esto apunta a una nueva fase en el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe para esa presunta misión de combate al tráfico de drogas? El gobierno de Venezuela alertó que hay una intención mayor: la intervención y el cambio de régimen en la nación sudamericana.
Por cierto, en una de sus Reflexiones, fechada en mayo de 2012 y titulada ‘El Premio Nobel de la Paz’, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, se refirió a las decisiones del comité noruego. “A Obama el tribunal de Oslo le obsequió el suyo y se había convertido casi en una leyenda. Sin embargo, millones de personas deben haber visto las escenas. El Premio Nobel Barack Obama, viajó aceleradamente a Afganistán como si el mundo ignorara los asesinatos masivos, la quema de libros que son sagrados para los musulmanes y los ultrajes de los cadáveres de las personas asesinadas”, escribió. Más adelante advirtió Fidel que “nadie que sea honesto estará jamás de acuerdo con los actos terroristas, pero ¿tiene acaso el Presidente de Estados Unidos el derecho a juzgar y el derecho a matar; a convertirse en tribunal y a la vez en verdugo y llevar a cabo tales crímenes, en un país y contra un pueblo situado en el lado opuesto del planeta?”
Vimos al Presidente de Estados Unidos subiendo al trote los peldaños de una empinada escalera, en mangas de camisa, avanzar con pasos acelerados por un pasillo volante y detenerse a endilgarle un discurso a un nuneroso contingente de militares que aplaudían con desgano las palabras del ilustre Presidente, apuntó del líder cubano.
Aquellos hombres no eran todos nacidos ciudadanos norteamericanos. Pensaba en los colosales gastos que eso implica y que el mundo paga, pues ¿quién carga con ese enorme gasto que ya rebasa los 15 millones de millones de dólares? Eso es lo que ofrece a la humanidad el ilustre Premio Nobel de la Paz.
Añadir nuevo comentario