Balonmano (f) de vuelta a un Mundial
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De entrada es importante que este grupo haya completado el ciclo olímpico, lo que no sucedió en el anterior, además de hacerlo con medallas tanto en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquila-2018 como en los Panamericanos de Lima-2019.
Esto le permitirá cerrar entre los mejores 24 equipos del mundo, suceda lo que suceda en tierras japonesas.
La selección cubana quedó encuadrada en el Grupo A, y jugará la fase clasificatoria ante Holanda, Noruega, Serbia, Eslovenia y Angola, con partidos desde el venidero 30 de noviembre.
El apartado es bien fuerte, pues las noruegas se alzaron con las medallas de plata y las holandesas con las de bronce y acompañaron a Francia en el podio durante la pasada edición en Alemania 2017. Por tanto, no es difícil adelantar que ambos elencos deben estar entre los cuatro clasificados que avancen a octavos en la llave, pero los otros dos que avanzan son una incógnita.
El cuerpo técnico reconoce que es un evento muy complejo, y más allá de resultados y marcadores, quieren que las muchachas, algunas de las cuales estuvieron en Dinamarca-2015, salgan a entregarlo todo en cada choque.
Las discípulas del técnico Jorge Coll, entre quienes se encuentran las seis chicas contratadas en clubes de Francia, España e Italia, deben ratificar su crecimiento para fortalecer la selección de cara a los años venideros.
Lo mejor de los Mundiales en los últimos años para los planteles que no están en la elite es que una vez eliminados no regresan a casa, sino que se enrolan en una ronda de consuelo, donde siguen efectuando partidos para definir los lugares del 12 al 24, lo cual viene muy bien a las nuestras como fogueo.
Aprovechar cada minuto en cancha debe ser la máxima para las cubanas, en aras de mantener vivo el sueño de alcanzar el boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio-2020, y que el balonmano cierre un buen año, luego de la plata obtenida en el Mundial de naciones emergentes por los muchachos de la sub-23.
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