Carlos Saura muestra el pasado "guardado" en sus cámaras fotográficas
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Y cada vez que aprieta el disparador siente el "peligro", porque lo que hace es "guardar el pasado". Es precisamente su pasado lo muestra en la exposición que desde este martes 1ro. acoge el madrileño Círculo de Bellas Artes.
Comisariada por el fotógrafo Chema Conesa, quien ha tenido el "valor de bucear" en el archivo de Saura, esta muestra -abierta desde hoy y hasta el 12 de enero de 2020- recoge una selección de 118 fotografías de las incalculables que el cineasta aragonés atesora, tantas que ni él sabía de la existencia de algunas que cuelgan en esta exposición.
"Estoy tan ocupado en lo que tengo que hacer en el presente que no me ocupo del pasado porque no me interesa mucho, pero esta exposición es quizá la más completa que se ha hecho", ha dicho Saura (Huesca, 1932) durante la presentación de "Carlos Saura fotógrafo. Una vida tras la cámara", organizada por La Fábrica.
Y es, según reconoce, la que más nos acerca a su vida porque en ella podremos ver desde sus inicios en la fotografía, a través de imágenes de su familia, sus imágenes documentales de la España de los años 50, y otras de sus rodajes y su experimentación con este lenguaje.
Así, entre otras, se presentan ante nuestros ojos imágenes como la de su hermana Angelines (1954), diferentes desnudos fotografiados en 1953, instantáneas con personajes y amigos como Rafael Alberti, y otras de rodajes de películas como "Flamenco" (1995), en la que hay un inquietante retrato de Lola Flores.
En palabras de Conesa, la idea de esta exposición era "seguir los ojos de un fotógrafo" que empezó poniendo frente a su objetivo a su familia, y que luego con su Leika se recorrió España con una mirada "muy profesional" hasta que en 1959 profundizó en el cine, lo que hizo dejar la fotografía como algo "que le apetecía".
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