Soberanía, paz y recuperación, banderas del diálogo en Venezuela

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Soberanía, paz y recuperación, banderas del diálogo en Venezuela
Fecha de publicación: 
21 Septiembre 2019
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«Exhortamos a los países que se preocupan por Venezuela, cooperación en lugar de injerencia, solidaridad en lugar de sanciones», subrayaron las partes en la declaración firmada por el Ejecutivo y representantes de Movimiento al Socialismo (MAS), Avanzada Progresista, Soluciones, Cambiemos y Esperanza por el Cambio.

Las negociaciones surgieron marcadas por el «principio fundacional del diálogo abierto, sin exclusiones», iniciativa que capitalizó en la aprobación de los seis primeros acuerdos parciales, dirigidos a garantizar la coexistencia política pacífica en pos del desarrollo de la nación sudamericana.

El retorno a la Asamblea Nacional (parlamento en desacato) de la fracción parlamentaria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y las organizaciones afines al Gobierno, así como la nueva conformación del Consejo Nacional Electoral y las garantías de venideros procesos comiciales formaron parte de los convenios suscritos.

Las partes exhortaron al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), mediante la Comisión de la Verdad -encargada de investigar crímenes perpetrados durante los últimos años en acciones violentas de calle (las llamadas guarimbas)- a implementar medidas sustitutivas de la privación de libertad en los casos permitidos por el ordenamiento jurídico.

Asimismo, ratificaron la defensa de los derechos de soberanía sobre la región del Esequibo -en litigio con Guyana- y el rechazo a las medidas coercitivas unilaterales implementadas por el gobierno de Estados Unidos para provocar la asfixia económica de Venezuela.

El Ejecutivo bolivariano y los partidos de oposición avanzarán en acuerdos sobre el balance y equilibrio entre los poderes constituidos, tales como la normalización institucional y la superación del desacato del Legislativo, declarado como tal por el TSJ debido a los reiterados ataques de ese ente al orden constitucional.

Diálogo para el progreso, pese a las diferencias

El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, aseveró que los partidos de la oposición venezolana incorporados a la Mesa de Diálogo Nacional dieron ese paso histórico tras ser despreciados por los sectores dominantes de la derecha.

«Esos partidos están ahí porque nunca los tomaron en cuenta, porque pidieron reuniones y jamás se sentaron con ellos, los depreciaron, porque ellos tenían unos argumentos y nunca los escucharon», aseveró Cabello durante su habitual programa Con el Mazo Dando.

El titular del órgano plenipotenciario subrayó que esos grupos políticos demostraron una valentía por encima del promedio de la oposición; «han dado la cara cuando el país lo requiere», manifestó al señalar que a pesar de las diferencias, siempre existirán puntos de encuentro para defender la causa nacional.

La iniciativa contrasta con la agenda golpista e intervencionista de las facciones opositoras más radicales, lideradas por el diputado Juan Guaidó, figura política construida con «músculo mediático» y el apoyo de Estados Unidos y sus aliados internacionales.

«Nosotros apostamos a la paz, a una medida concertada y los venezolanos no vamos a permitir que el país pierda esta oportunidad de diálogo», expresó a su vez el dirigente del partido Soluciones para Venezuela, Claudio Fermín, tras rubricar los acuerdos parciales emanados de la mesa de negociaciones.

Fermín aseveró que el país merece la búsqueda de coincidencias y demanda una «respuesta pronta a los problemas no la vamos a tener por medio de la violencia; estamos resueltos al diálogo», aseguró quien fuera jefe del comando de campaña del excandidato Henri Falcón en las presidenciales de 2018.

Criticó además a los sectores de la derecha que sostuvieron conversaciones con el Ejecutivo en Noruega y Barbados, con la mediación de las autoridades de Oslo, por desaprovechar la oportunidad de ofrecerle a Venezuela soluciones con base al diálogo y el acuerdo.

«El diputado Juan Guaidó, según hemos presenciado, ha tenido una extraordinaria oportunidad con los diálogos en Noruega; en lugar de eso, qué propone: la violencia, cruzarse de brazos o entregarnos a la voluntad de factores externos», cuestionó.

Por su parte, el líder del partido Esperanza por el Cambio, Javier Bertucci, destacó que procura la búsqueda de soluciones a la situación social y económica del país, víctima de las medidas coercitivas unilaterales impuestas por el gobierno de Washington.

«Estamos en una situación muy delicada, no podemos de ninguna manera pretender hundir el barco para cambiar a un capitán; como venezolanos necesitamos entender que sentarnos a buscarle soluciones a la crisis de nuestro país es de carácter urgente», indicó el excandidato presidencial.

«La firma del primer acuerdo de paz, entendimiento y convivencia entre la oposición venezolana y el gobierno que presido, es un paso acertado y necesario, que abre todas las puertas al diálogo, en función de la estabilidad política y la felicidad social del pueblo venezolano», señaló a su vez el mandatario Nicolás Maduro.

Zancadillas a las negociaciones

A pocas horas de firmados los acuerdos iniciales, el canciller venezolano Jorge Arreaza denunciaba el carácter guerrerista del gobierno de Estados Unidos y sus intenciones de torpedear lo pactado entre el Ejecutivo bolivariano y la oposición.

A través de la red social Twitter, el titular expresó que las autoridades estadounidenses subestiman los procesos de diálogo político emprendidos de manera soberana en el país sudamericano.

Arreaza respondió así a un comunicado emitido por el Departamento de Estado norteamericano que calificó las negociaciones de «táctica dilatoria», a la vez que reiteró el apoyo al diputado Guaidó, reconocido por la Casa Blanca como presidente encargado de Venezuela.

El jefe de la diplomacia venezolana aseveró que la postura de Estados Unidos, además de atentar contra el proceso de diálogo, confirma las pretensiones de provocar un cambio de régimen en el país por vías antidemocráticas y mediante el uso de la fuerza.

A instancias de Washington, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos aprobó la invocación en Venezuela del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), mecanismo obsoleto que busca disfrazar con visos de legalidad una agresión contra la nación sudamericana.

Ante las crecientes amenazas de intervención y el recrudecimiento de las medidas coercitivas contra Caracas, la oposición venezolana comprometida con la paz y la soberanía del país escuchó los reiterados llamados del gobierno a dirimir las diferencias por la senda de la democracia.

Los partidos opositores firmantes del acuerdo se deslindaron de esa ala extremista de la derecha que durante los últimos meses promovió agresiones de carácter político y económico, conspiró en el embargo de los activos del país en el exterior e incluso protagonizó un conato de golpe de Estado.

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